s谩bado, 22 de noviembre de 2025

饾悅饾悁饾悘饾悎饾悡饾悁饾悕饾悇饾悞 饾悙饾悢饾悇 饾悤饾悗饾悑饾悤饾悎饾悇饾悜饾悗饾悕 饾悁 饾悊饾悜饾悁饾悕 饾悂饾悜饾悇饾悡饾悁脩饾悁 饾悞饾悎饾悕 饾悞饾悢饾悞 饾悂饾悢饾悙饾悢饾悇饾悞



Algunos de los CAPITANES Que se volvieron a Gran Breta帽a sin los buques de guerra que comandaban.. 


De izquierda a derecha: TRES FORROS QUE NO LA VIERON, NOS NINGUNEARON!!!


-David Hart Dike (HMS Coventry hundido el 25 de mayo de 1982)




-Alan West  (HMS Arden hundido el 22 de mayo de 1982)



-Nick Tobin  (HMS Antelope hundido el 24 de mayo de 1982)



No hay comentarios:

Traductor

A.R.A SANTISIMA TRINIDAD

A.R.A SANTISIMA TRINIDAD

LA Salud de los VGM

SALUD DE LOS VETERANOS DE GUERRA DE MALVINAS: miradas, sentires y propuestas Mar铆a Alejandra Silva 1. Introducci贸n: El prop贸sito del presente trabajo es realizar una indagaci贸n exploratoria desde el punto de vista de la esfera anal铆tica concerniente a las pol铆ticas p煤blicas, visualizando a trav茅s del mismo la problem谩tica que presenta este sector social y las principales acciones que se tomaron (y las que se dejaron de tomar) con relaci贸n a 茅l durante en estos 25 a帽os transcurridos desde el conflicto en1982. La guerra constituye un hecho traum谩tico para la sociedad en general. Es un suceso extraordinario que siempre deja secuelas, como indica la Organizaci贸n Mundial de la Salud. Genera da帽os irreversibles, f铆sicos y ps铆quicos y sociales, tanto en las personas que participan directamente como en el grupo familiar. De modo que la vida de estos j贸venes, tuvo un parang贸n en un antes y despu茅s de la guerra en la salud, en su inserci贸n social y signific贸 una carga emocional importante para quienes participaron en ella, la relaci贸n con su familiares, amigos, conocidos, di贸 un vuelco radical. Con la p茅rdida de la guerra, ya no se lo consideraban h茅roes, sino que eran vistos y condenados simb贸licamente por la sociedad, d谩ndoles la espalda y evitando hablar sobre este suceso. En ese sentido cabe rescatar las palabras de un soldado: “Imag铆nate que en cada uno de nosotros hubo 3 (tres) personas diferentes. Hubo un Eduardo antes de Malvinas, que fue otra persona durante la guerra, y hay un Eduardo que vuelve. ¡Yo no soy el mismo que era antes! “ (Eduardo, 2006) Sin embargo, pareciera que hasta el momento es dif铆cil comprender que “La salud es un derecho humano y parte fundamental del derecho a la vida, as铆 como un deber del Estado”, el cual ha sido negado a los protagonistas de dicha contienda. Esto ha sucedido en la guerra y en la posguerra, en el gobierno militar y en los sucesivos gobiernos democr谩ticos. Incluso, esta violaci贸n del “derecho humano a la salud” la padecieron en la guerra y en la posguerra tanto los exsoldados conscriptos como los exsoldados que hab铆an optado por una carrera militar. En ese mismo sentido, parad贸jicamente se suele hacer “memoria“ sobre la historia de vida de los que sufrieron la violaci贸n de los derechos humanos durante la ultima dictadura militar dejando al costado la historia de estos j贸venes que en su mayor铆a solo ten铆an 18 a帽os de edad, cumpliendo el servicio militar obligatorio . En ese sentido cabe destacar las palabras de Mar铆a Laura Guembe, quien junto al historiador Guillermo Lorenz publican el libro “Cruces: idas y vueltas de Malvinas”: Cuando un ex combatiente de Malvinas entra a un organismo de derechos humanos, no es un afectado mas por la dictadura: es un ex combatiente de Malvinas. Y es una diferencia abismal. Nos interesa trabajar Malvinas para encontrar la respuesta de ese abismo. Por que el terrorismo de Estado se piensa solo a partir de la ESMA” (sosa, 2007). Asimismo, las pol铆ticas “p煤blicas” destinadas a este grupo social fueron en su generalidad insuficientes, siendo las pol铆ticas sociales las menos consideradas. Por el contrario, lo que predomina es un halo de ret贸rica pol铆tica que hizo y hace erupci贸n en fechas patrias, como un tema de rigor. Por el contrario, los derechos conseguidos por los V.G. de Malvinas han sido fruto de su lucha, reclamo y trabajo con la comunidad, pero nunca han sido otorgados por la sola decisi贸n de alg煤n pol铆tico de turno. No solo es la experiencia misma (la guerra) lo que le da una jerarqu铆a distintiva a este grupo, sino el hecho que su reclamo y demanda hacia Estado tiene ra铆z en una exigencia que este 煤ltimo les hizo en el pasado: ir a una guerra para defender su soberan铆a (en este caso recuperarla). En palabras de Guber: ”La guerra constituye, en efecto, la donaci贸n m谩xima de un familiar y la expresi贸n m谩s evidente de la desigualdad impl铆cita en esta reciprocidad supuestamente igualitaria entre Estado y sociedad” . Claro, este impl铆cito genera responsabilidades del Estado hacia a aquellos a los que se pidi贸 su sacrificio o, en su defecto, a sus allegados m谩s pr贸ximos o principales afectados por las secuelas que quedaron por este “pedido” del Estado: “Pero el Estado debe compensar al ciudadano herido o a los parientes del muerto por haber tomado un hijo, un esposo o un padre de esa familia. Y si se trata de un herido, las Fuerzas Armadas tienen la obligaci贸n de garantizar tratamiento m茅dico y psicol贸gico por el tiempo que sea necesario” . Estas atenciones se vuelven un deber del Estado – cualquier sea el gobierno de turno que lo dirija – hacia a aquellos a quienes orden贸 incursionar en una operaci贸n b茅lica (en el caso de los militares de profesi贸n) o a los que impuso una “carga c铆vica” (en el caso de los conscriptos) (V谩zquez y Silva, 2006. Se estima que alrededor de 191 millones de personas murieron en el Siglo XX como resultado de conflictos armados. Hoy la guerra sigue siendo una alternativa pol铆tica como en 1982. En el mundo, en el a帽o 2004, se gastaron en armas de guerra 1.040 millones de d贸lares seg煤n el Instituto Internacional de Investigaciones por la Paz de Suecia (SIPRI). Tan solo una rebaja del 1% ser铆a suficiente para sentar frente a un pizarr贸n a todos los ni帽os del mundo, se帽ala Carlos Fuentes en el libro “En esto creo”. Lo criminal es que con el medio % del gasto en armamentos se podr铆a resolver el problema alimentario de todo el mundo” concluye Ernesto S谩bato en el libro “Antes del Fin”. Las guerras y conflictos destruyen familias, comunidades, naciones, culturas y ambiente. Los sobrevivientes pueden quedar incapacitados o estigmatizados de por vida. El da帽o psicol贸gico producido por la guerra es incalculable. Dinero y recursos que podr铆an ser empleados en reforzar servicios de salud son desviados a la preparaci贸n para la guerra, promoviendo m谩s adelante el aumento de costos del conflicto armado. El poder militar es muy a menudo usado para defender e incrementar las ventajas econ贸micas y pol铆ticas de las naciones ricas. Un claro ejemplo es el rol del segundo conglomerado de empresas farmac茅uticas y petroqu铆micas m谩s grande del mundo (grupo IG Farben) durante la primera mitad del siglo XX en el ascenso de Hitler y en la segunda guerra mundial. En el Consejo de Cr铆menes de Guerra de Nuremberg de 1947 contra los directores del cartel IG Farben, algunos de ellos fueron declarados culpables y condenados por cometer cr铆menes contra la humanidad, como masacres, pillaje y otros delitos. El Consejo de Cr铆menes de Guerra de Nuremberg tambi茅n desmantel贸 el cartel IG Farben, que se disolvi贸 en las empresas Hoechst, Bayer y BASF. (Mat铆as Rath, 2003) Este hecho se sostiene a lo largo de todo el siglo XX, pues la industria farmac茅utica identifica deliberadamente el cuerpo humano como su 谩mbito de mercado con el objetivo de generar m谩s riquezas. Pero como esta industria est谩 siendo desenmascarada como un negocio fraudulento organizado, necesita de la escalada de la crisis internacional, una serie de conflictos militares que causar铆an deliberadamente el uso de armas de destrucci贸n masiva y el desencadenamiento de una guerra mundial. S贸lo entonces se pod铆a dar una situaci贸n psicol贸gica mundial que permitiera el abandono de los derechos civiles, la aprobaci贸n de leyes marciales y la aplicaci贸n mundial de leyes proteccionistas, de forma que los acusados pudieran continuar su «negocio con las enfermedades» y otros delitos. De este modo, no fue ninguna sorpresa que las dos naciones l铆deres en la exportaci贸n de productos farmac茅uticos, los Estados Unidos de Am茅rica y Gran Breta帽a, encabezaran la actual crisis internacional e instigaran la guerra contra Irak. Con la elecci贸n de George Bush, el grupo de inversi贸n Rockefeller consegu铆a el acceso directo a la Casa Blanca y el Pent谩gono, as铆 como a las decisiones pol铆ticas all铆 adoptadas. Una influencia similar ejerci贸 el grupo Rothschild sobre el gobierno de Tony Blair en Gran Breta帽a. (Ib铆dem) Tambi茅n hay otra industria que progresa a causa de las guerras: la de las pr贸tesis. Esto lo se帽ala Dennis Clarke traumat贸logo del centro m茅dico militar Walter Reed, en Washington D.C. El dispositivo com煤nmente m谩s necesitado por los veteranos de Irak es el brazo bioel茅ctrico, cuyo precio est谩 entre los 25.000 d贸lares y los 35.000 (seg煤n el Dr. Kaiser). La rodilla microprocesador C-Leg cuesta 50.000 d贸lares, con costes adicionales de componentes. Tecnolog铆as caras incluso cuando estas cifras dejan de incluir los costes de otros cuidados m茅dicos de los veteranos, como la cirug铆a, medicaci贸n, recetas m茅dicas y terapia f铆sica. La guerra pr谩cticamente crea un arquetipo de "supersoldado" con miembros bi贸nicos y un gusto vengativo por el combate que corroe sus venas. La focalizaci贸n en el servicio activo inhibe el considerar otras alternativas, salvar dinero y vidas, lejos de esta guerra. La creaci贸n del guerrero herido invencible sirve de propaganda para la maquinaria de guerra. (Klatzker, 2006). En Argentina la apelaci贸n a la guerra en 1982 tambi茅n fue parte de una propaganda que pretend铆a mostrar a los militares como “guerreros invencibles”, capaces de enfrentarse a una potencia del primer mundo, al tiempo que se legitimaban en el gobierno nacional en momentos en que se estaba manifestando la oposici贸n pol铆tica al r茅gimen (luego del levantamiento de la veda pol铆tica en 1981 y la marcha opositora del 30 de marzo de 1982). Esto es confirmado por una publicaci贸n: la revista porte帽a “La Semana”. Se refiere a la nota del periodista norteamericano Jack Anderson basada en valiosa documentaci贸n secreta de la CIA y el Pent谩gono. All铆 Anderson indica que la Junta Militar adopta la decisi贸n final de atacar por las cinco razones siguientes: • Desviar las criticas internas contra la Junta Militar y la atenci贸n publica. • Echar las bases para un reclamo de los dep贸sitos petroleros que se cre铆a existentes cerca de las islas • Autentico deseo de Galtieri de reclamar las Malvinas para los argentinos • Temor del debate que podr铆a iniciarse sobre la desaparici贸n de miles de argentinos si alguna vez llegaba un gobierno civil. • Si las Malvinas hubieran ca铆do f谩cilmente sin una reacci贸n brit谩nica, Galtieri tenia la intenci贸n de actuar en relaci贸n con el problema del Beagle. El inter茅s por prometedores indicios de existencia de petr贸leo en las cuencas oce谩nicas submarinas pr贸ximas a las islas Malvinas provino de diversas fuentes como: empresas transnacionales inglesas y el ente petrolero argentino, Yacimientos Petrol铆feros fiscales (Ej. Banco Burwood). Esta informaci贸n surge del “Informe Griffiths” solicitado por el gobierno ingles y presentado en 1975 al Foreign Office en forma reservada. Los datos del informe se basaban en los estudios gravim茅tricos realizados por los barcos oceanogr谩ficos "Shackleton" y "Endurance" durante el periodo 1971-1974, que ya hab铆an provocado una dura reacci贸n del gobierno argentino del momento.(Moneta, 1984). Un p谩rrafo aparte merece el tema del inter茅s militar por las Malvinas, seg煤n consta en varios escritos. En primer termino, Mart铆n Berger asegura en el libro “El rescate de las Malvinas” que la reconquista de las islas era un anhelo de muchos a帽os antes de 1982, de modo que incluso los gobiernos ten铆an un plan operativo que se fue actualizando diariamente desde 1980. En segundo lugar, Cardoso, Kirschbaum y Van Der Kooy aseveran algo similar a Berger aunque difiere en las fechas. Ellos afirman que Anaya ten铆a un plan para recuperar las islas Malvinas desde 1977 cuando comandaba la Flota de Mar encargado por el comandante E. Massera por si en un momento el ejercito tomara el poder, el cual fue cajoneado . Este fue desempolvado por los jefes de la Aviaci贸n Naval, Carlos Garc铆a Boll, de la Flota, Gualter Allara, y de la Infanter铆a de Marina, Carlos Busser, en 1982 luego de ser convocados por Lombardo (previa orden de Anaya). Estos periodistas se帽alan que Anaya tenia una idea atesorada durante mucho tiempo: un operativo para recuperar las islas Picton, Lennox y Nueva en poder de Chile que se vio frustrado por la oportuna mediaci贸n de la iglesia cat贸lica, a trav茅s del Papa Juan Pablo II. Hasta el momento, la mayor铆a de los escritos sobre Malvinas hacen referencia a: los recursos naturales, los hechos hist贸rico-pol铆ticos, el escenario internacional y los intereses militares. Pero muy pocos se refieren a lo vivido por estos excombatientes: la salud, el impacto en la familia, la reinserci贸n laboral y social. Con respecto a los veteranos de guerra argentinos, m谩s all谩 de que no contaron con una asistencia psicol贸gica e incluso m茅dica en la guerra y en la posguerra, se produjo en torno a ellos un vac铆o social, como as铆 tambi茅n un proceso de desmalvinizaci贸n por parte de las autoridades. La secuela derivada de un evento traum谩tico como la guerra varia seg煤n sea la estructura ps铆quica del sujeto, la historia de vida previa familiar y social, los elementos subjetivos y objetivos con que contara para su elaboraci贸n (los recursos con que cuente a nivel familiar, econ贸mico como en las estrategias de vida propias de un grupo social o clase social) de un tiempo y lugar determinado. No es lo mismo vivir y trabajar en la capital federal que hacerlo en la ciudad de Quitilipi (Chaco). Hay algunos en los que se observa mas la secuela de la guerra que en otros. El problema de salud no es el mismo para todos los V.G. Cabe indicar que: “Trauma es una agresi贸n recibida desde afuera que por su intensidad le es imposible al sujeto asimilarla utilizando los mecanismos defensivos apropiados, la guerra es, indudablemente un hecho traum谩tico. Siempre implica consecuencias en la trama ps铆quica del sujeto que influir谩n en su vida posterior”. La posibilidad de superar sus consecuencias var铆an. En Israel los estudios demuestran que son diferentes los efectos sufridos por los participantes de cada una de las guerras que han debido vivir. ( Benyakar) Es com煤n encontrar bibliograf铆a sobre el SPT en los V.G., en su mayor铆a de origen anglosaj贸n. Cabe se帽alar que el SPT implica definir un agente etiol贸gico que se encuentra fuera de la persona (el evento traum谩tico) en contra de un d茅ficit inherente a ella (neurosis traum谩tica). Para entender el concepto de PTSD se debe partir del concepto de trauma. El evento traum谩tico fue considerado como un estresor catastr贸fico que se encuentra fuera del rango de la experiencia humana com煤n (Friedman, 1997). Sin embargo no es lo 煤nico que le sucede a esta poblaci贸n, porque la salud no Salud no es igual a “Medicina”, Salud no es igual a “Atenci贸n M茅dica”, Salud no es igual a “acceder a medicamentos”. La salud est谩 determinada principalmente por las condiciones sociales de los sujetos. Es decir, su participaci贸n en los medios de producci贸n, sus recursos simb贸licos y materiales, sus relaciones familiares y sociales, su historia y costumbres. La salud y la enfermedad son resultado de procesos sociales macro, que producen distintas modificaciones de acuerdo a las caracter铆sticas socioculturales, educacionales y econ贸micas de los pueblos. Asimismo esta 铆ntimamente relacionado con el papel de los gobiernos y la sociedad civil que hasta el d铆a de hoy los margina en lo laboral y en la salud, en lo educativo y cultural. De modo que el perfil de salud-enfermedad que posee una poblaci贸n, en este caso, los V.G. Malvinas es el resultado de un proceso pol铆tico-militar que a los 18 a帽os lo lleva a una guerra, pero tambi茅n se construye como resultado de las pol铆ticas de trabajo, vivienda, educaci贸n y salud y de los procesos sociales de los sucesivos gobiernos democr谩ticos. Se observa que a pesar de haber estado poco tiempo en un conflicto b茅lico (74 d铆as), son muchas las consecuencias f铆sicas y ps铆quicas en los ex soldados (e incluso en quienes estaban en tierra esperando). Expuestos a hambre u fr铆o (86%), bombardeos, agua (72%), a explosivos (64%), esfuerzos f铆sicos (66%), ruidos (81%), a riesgo de muerte (84%). Por lo tanto, para modificar las condiciones de salud y este perfil de morbi-mortalidad, deben realizarse cambios sociales a nivel de los procesos sociales y pol铆ticos antes mencionados. A los fines anal铆ticos este escrito se encuentra divido en los siguientes t贸picos: un poco de historia en la guerra qu铆mica y biol贸gica, el derecho a la salud en la guerra de Malvinas, el derecho a la salud en la posguerra, las secuelas en salud y el impacto en la familia; los logros a partir de las luchas de los mismos veteranos de guerra y las pol铆ticas de salud. 2. Un poco de historia: los da帽os a la salud en la guerra qu铆mica y biol贸gica. Es dif铆cil hacer un recorte hist贸rico y comenzar a debatir sobre los riesgos a la salud derivados de la guerra, pues la historia de la humanidad esta inundada de conflictos sangrientos. Hasta principio del siglo XVII, hasta la guerra de los Treinta A帽os, a grandes rasgos, la disciplina militar no exist铆a. Lo que hab铆a era un pasaje constante del vagabundeo al ejercito (reclutada durante un tiempo, se aseguraba la comida-saqueo- y el alojamiento). A mitad del siglo XVII la disciplina militar comienza a ser la confiscaci贸n general del cuerpo, del tiempo, de la vida, ya no es una sustracci贸n de la actividad del individuo, es una ocupaci贸n de su cuerpo, su vida y su tiempo. Desde el siglo XVIII necesita el ejercicio corporal, que es un adiestramiento del cuerpo, de la habilidad, la marcha, la resistencia, los movimientos elementales. Sin embargo, en este caso solo se hace una referencia escueta a los a帽os que van de la 1ra guerra hasta la actualidad. Un organismo reconocido en salud a nivel mundial es el CDC (Los Centros para el Control y la Prevenci贸n de Enfermedades) posee numeroso material sobre las armas qu铆micas y biol贸gicas utilizadas en varios conflictos armados. En la Primera Guerra mundial se refiere a lo que ha envenenado a las personas y ha sido causado por la exposici贸n a un agente vesicante o a un agente que causa ampollas. Entre los vesicantes se incluyen mostaza destilada (HD), gas mostaza (H), lewisita, mostaza-lewisita, mostaza T, mostaza nitrogenada, oxima de fosgeno, mostaza sesqui y mostaza azufrada. Los vesicantes son compuestos qu铆micos altamente reactivos que se unen a prote铆nas, ADN y otros componentes celulares causando cambios celulares inmediatamente despu茅s de la exposici贸n. Seg煤n el tipo de vesicante al cual se ha visto expuesta la persona, los efectos cl铆nicos pueden presentarse inmediatamente (como ocurre con la oxima de fosgeno o la lewisita) o pueden demorarse en aparecer de 2 a 24 horas (como ocurre con las mostazas). Despu茅s de la exposici贸n, los efectos cl铆nicos m谩s com煤nmente encontrados incluyen efectos en la piel (eritema y ampollas), respiratorios (faringitis, tos, disnea), oculares (conjuntivitis y quemaduras) y gastrointestinales (n谩usea y v贸mito). Las formas m谩s probables de exposici贸n son la inhalaci贸n, el contacto con la piel y el contacto con los ojos. En la Segunda Guerra Mundial, los alemanes utilizan cianuro, cuya denominaci贸n militar es AN (para el cianuro de hidr贸geno) y CK (para el cloruro de cian贸geno). Bajo el nombre Zyklon B, se utiliz贸 como agente genocida por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, siendo la forma de exposici贸n: al respirar el aire, beber del agua, comer los alimentos o tocar la tierra que contiene cianuro. Cabe indicar que El cianuro evita que las c茅lulas del cuerpo reciban ox铆geno. Cuando esto ocurre, las c茅lulas mueren. Es m谩s da帽ino al coraz贸n y al cerebro que a otros 贸rganos El CDC se帽ala que tambi茅n haya sido utilizado junto con otros agentes qu铆micos contra los habitantes de la ciudad kurda de Halabja, al noreste de Irak, durante la guerra Ir谩n-Irak en la d茅cada de 1980. Existen dos productos que fueron elaborados por Alemania como agroqu铆micos y que luego se usan en la guerra. Uno es el pesticida sar铆n desarrollado en 1938 y otro es el insecticida som谩n creado en 1944. El sar铆n fue empleado en la guerra Ir谩n- Irak e 1980 y en dos ataques terroristas en Jap贸n en 1994 y 1995. Es un agente nervioso, es uno de los agentes qu铆micos de guerra m谩s t贸xicos y de m谩s r谩pido efecto que se conocen. Son mucho m谩s potentes que los pesticidas organofosforados. A diferencia de algunos pesticidas organofosforados, los agentes nerviosos no han sido asociados con problemas neurol贸gicos que duren m谩s de 1 a 2 semanas despu茅s de la exposici贸n. Por otro lado, el som谩n tambi茅n se conoce como "GD". Si se produce la liberaci贸n del som谩n en el aire, las personas pueden estar expuestas por medio del contacto con la piel, el contacto con los ojos o por la inhalaci贸n (respiraci贸n) de los vapores. El som谩n se disuelve f谩cilmente en agua, de forma que puede ser utilizado para envenenar el agua. Si se produce la liberaci贸n del som谩n en el agua, las personas pueden estar expuestas al tomar del agua contaminada o cuando la piel entra en contacto con el agua. Se descompone lentamente en el cuerpo, lo que significa que las exposiciones repetidas al som谩n o a otros agentes nerviosos pueden tener un efecto acumulativo (es decir, que se acumulan en el cuerpo). Las personas que han estado expuestas en forma leve o moderada al sar铆n o el som谩n usualmente se recuperan completamente. Las personas que han estado severamente expuestas tienen pocas probabilidades de sobrevivir. Por ultimo hay otros dos productos a los que hace alusi贸n el CDC: el VX y el DU (uranio empobrecido). El VX fue desarrollado originalmente en el Reino Unido a principios de 1950 y tambi茅n estuvo presente en la guerra de Irak-Ir谩n de 1980. Es el m谩s potente de todos los agentes nerviosos, y comparado con el agente nervioso sar铆n (tambi茅n conocido como GB), el VX es mucho m谩s t贸xico si es absorbido por la piel y algo m谩s t贸xico si es inhalado. Bajo condiciones clim谩ticas normales, el VX puede durar d铆as en los objetos con los que ha entrado en contacto. Bajo condiciones muy fr铆as, el VX puede durar meses. Debido a que se evapora tan lentamente, el VX puede ser tanto una amenaza a largo plazo como a corto plazo. Por lo tanto, las superficies contaminadas con el VX deben ser consideradas como un peligro a largo plazo. Antes de pasar a la guerra de los Balcanes, donde se utiliza uranio empobrecido, es preciso detenerse en la famosa guerra del Golfo persa. Finalizada esta contienda, se escucha hablar del s铆ndrome de la guerra del Golfo, que incluye sintamos como: fatiga, dolor en el sistema m煤sculo esquel茅tico, problemas cognoscitivos, erupci贸n de la piel y diarrea. Los escritos aluden que los factores que lo producen son varios: armas qu铆micas, especialmente el gas neurot贸xico, el bromuro de pyridostigmine (p铆ldora preventiva contra el gas som谩n almacendo en cantidad por Irak), factores psicol贸gicos como el desorden de estr茅s post-traum谩tico. Cabe indicar que los veteranos con el s铆ndrome de la Guerra del Golfo tienen mayores 铆ndices de enfermedades psiqui谩tricas acompa帽antes que en otras contiendas. Tambi茅n se suman otros agentes qu铆micos, tales como el humo proveniente de los incendios de las refiner铆as de petr贸leo, pesticidas organofosforados, uranio agotado o la exposici贸n a disolventes o l铆quidos corrosivos durante los procesos de reparaci贸n y mantenimiento. Sin embargo, el gobierno de EUA niega el da帽o a la salud ocasionado en dicho momento. Esto sucede durante mas de 5 (cinco) a帽os, hasta que se difunde una investigaci贸n de 20 meses, conducida por el congreso. Philip Shenon en 1997 afirma que en dicho informe algunos cient铆ficos creen que las armas qu铆micas iraqu铆es y otros los venenos lanzados en el campo de batalla son responsables de muchos de los problemas de salud, que incluyen t铆picamente problemas digestivos cr贸nicos, p茅rdida de la memoria y trastornos neurol贸gicos, mientras otros investigadores creen que la tensi贸n del combate es m谩s probable ser la causa. Despu茅s de m谩s de cinco a帽os de negaciones, el departamento de la defensa reconoci贸 que 100.000 americanos fueron expuestos a las dosis bajas del sar铆n del gas de nervio lanzado en la demolici贸n de un dep贸sito iraqu铆 de la munici贸n en marcha de 1991, poco despu茅s la guerra. En el informe se habla del agua potable contaminada, agua y ropa de la ducha, los par谩sitos, y bromuro del pyridostigmine y otras drogas distribuidas extensamente para proteger contra agentes de la guerra qu铆mica." Pero la investigaci贸n reciente sugiere que la droga pueda causar problemas de salud serios si est茅 tomada cuando el cuerpo est谩 experimentando la tensi贸n, por ejemplo en batalla. Asimismo se帽ala que el teatro de la guerra del Golfo no era justo una zona de la guerra; era un pozo negro de sustancias t贸xicas. Esto implica que las armas que los EUA utilizan contra sus enemigos, tienen efectos negativos en la salud de sus mismos soldados. Por ultimo el CDC se refiere al uso de uranio empobrecido en la guerra de los Balcanes, a trav茅s de proyectiles utilizados por la Fuerza A茅rea de algunos pa铆ses de la OTAN. (USA y Gran Breta帽a) durante los bombardeos que se llevaron a cabo en BiH (Operaci贸n Blue Sword, 1995) y en Kosovo (Operaci贸n Allied Force, 1999).Este tipo de munici贸n fue empleado fundamentalmente contra los carros de combate y veh铆culos blindados del Ej茅rcito Federal Yugoslavo. Los riesgos para el personal surgen cuando un proyectil perforante DU impacta sobre la coraza de su objetivo, parte del DU se quema durante la explosi贸n convirti茅ndose en un polvo muy fino que queda temporalmente en suspensi贸n. El uranio empobrecido es un metal pesado que podr铆a definirse como un elemento residual procedente del uranio natural. Con los datos que aportan las investigaciones realizadas hasta el momento podr铆amos afirmar que en principio el verdadero riesgo del DU. Consiste en acercarse, curiosear y tocar carros de combate u otros objetivos que hayan sido alcanzados por proyectiles DU. Este riesgo es m谩ximo si el impacto es reciente y disminuye en funci贸n del tiempo transcurrido ya que el polvo se va dispersando y la radioactividad va haci茅ndose m谩s d茅bil. Cabe se帽alar que existen numerosas presiones sobre aquellos que investigan los da帽os a la salud provenientes de la guerra. Uno es el caso del estudio sobre los efectos del uso de uranio hecho en el 2001. El estudio de Baverstock, uno de los tres cient铆ficos en radiaciones de la Organizaci贸n Mundial de la Salud (OMS) que lo ha desarrollado, destaca que el clima 谩rido de Irak provocar铆a que part铆culas min煤sculas de uranio empobrecido se extendieran con la ayuda del viento y fueran inhaladas por la poblaci贸n civil durante los pr贸ximos a帽os. Advert铆a que una vez dentro del cuerpo su radiaci贸n y toxicidad desencadenar铆an el crecimiento de tumores malignos. El estudio sugiere que el profundo nivel de radiaci贸n del uranio empobrecido podr铆a da帽ar las c茅lulas adyacentes a las que hab铆an sido irradiadas directamente, un fen贸meno conocido como "el efecto espectador". Pero la OMS, que ten铆a como su asesor m谩s destacado en radiaci贸n al Dr. Baverstock, ha bloqueado su publicaci贸n. Baverstock afirma que el estudio se retir贸 de forma deliberada aunque la OMS lo niega, y cree que si el estudio se hubiera publicado cuando lo complet贸 en el a帽o 2001 habr铆a habido m谩s presi贸n sobre EEUU y Gran Breta帽a para limitar el uso de armas con uranio empobrecido en la guerra de Irak. Adem谩s sospecha que dicho organismo estaba sufriendo presiones por parte de un organismo m谩s poderoso y pro-nuclear de Naciones Unidas (NNUU), la Agencia Internacional de la Energ铆a At贸mica (AIEA). La angustia de Baverstock ante los efectos del uranio empobrecido sobre la salud en Irak es compartida por Pekka Haavisto, el presidente de la Unidad de Asesoramiento Post-conflictos del Programa Medioambiental de NNUU en Ginebra: "Ciertamente, hay inquietud en Irak, no hay ninguna duda sobre eso". (Edwards, 2004) Luego de haber hecho un recorrido sobre las distintas armas qu铆micas y biol贸gicas surgen numerosas dudas sobre la guerra de Malvinas de 1982. Sin embargo, ni el CDC ni ning煤n otro organismo ha difundido informes m茅dicos que den cuenta de aquellas utilizadas en dicha contienda- si es que las hubo- y de sus posibles da帽os a la salud, como agente cancer铆geno a largo plazo. En ese sentido, cabe destacar que generalmente el c谩ncer aparece luego de mas de 20 o 25 a帽os de haber estado expuesto a un agente causal. Esto nos dar铆a un indicio sobre la causalidad de la morbi-mortalidad por c谩ncer que existe en los V.G. Sin embargo hasta el momento existen datos sobre el tema que se encuentran diseminados y “ocultos” a nivel oficial, pero que trascienden en otros espacios de trabajo. Por un lado, el dirigente de los V.G. de Rosario afirma en el Ateneo del Museo de Ciencias Naturales “Ameghino” de la ciudad de Sta. Fe el 1 de diciembre de 2006: “Hay hijos de excombatientes que nacieron sin m煤sculo en las extremidades inferiores y pertenecen al Ara General Belgrano, porque para poner una bomba hay que poner f贸sforo que es cancer铆geno, porque sino la bomba explota afuera, no explota adentro. Si bien todos viven en distintas provincias de Argentina, el 2do o el 3er hijo no tiene m煤sculos en las extremidades inferiores. Y lo atienden en el Hospital Garrahan de Buenos Aires (Rada, 2006). Por otro lado, una publicaci贸n reciente indica que en los casos atendidos por la Unidad de Gesti贸n Local (UGL) 10 de PAMI, ubicada en Lan煤s que hubo casos de malformaciones cong茅nitas como ausencia de 贸rganos y malformaciones 贸seas. En ese sentido, Iglesias tiene una hip贸tesis sorprendente: “Hay indicios que nos hacen pensar que durante la guerra, y en determinados lugares de Malvinas, se utilizaron armas qu铆micas. Por ejemplo, en autopsias y operaciones a ex combatientes se encontraron en el organismo elementos como el f贸sforo. Eso no puede estar en el cuerpo si no se estuvo expuesto. Un ejemplo de eso se da en muchos de los que estuvieron en Monte Langdon”. Ese ser铆a el origen de las patolog铆as cong茅nitas en los hijos (Mart铆nez, Ruhl, 2007). Claro que esta poca transparencia en la informaci贸n sobre las secuelas en salud que ha dejado la guerra, tambi茅n se observa en la causa de la mortalidad en Malvinas. Como afirman los coroneles m茅dicos Ceballos y Buroni en varias ocasiones, no se ha podido determinar las causas de la mortalidad por la falta de datos precisos, ya que no hubo personal especializado en la recopilaci贸n y an谩lisis de los datos. Sin embargo hay una publicaci贸n inglesa de 1987 que habla del empleo de bombas de racimo contra Puerto Argentino y el uso de municiones de f贸sforo. En ambos casos por fuerzas brit谩nicas y contradiciendo netamente el principio de proporcionalidad.(Bluth, 1987) A continuaci贸n se hace referencia al derecho a la salud en la guerra de Malvinas en 1982. 3. El derecho a la salud en la guerra de Malvinas: muchos desaf铆os y pocas respuestas La cobertura medica y la organizaci贸n sanitaria ya hab铆a sido una falencia a la hora de planificar la guerra. Existe documentaci贸n que indica la falta de previsi贸n medico-sanitaria durante la misma guerra de 1982. Por un lado, en el marco del 10° aniversario de la guerra de Malvinas, los tenientes coroneles m茅dicos Enrique Mariano Ceballos y Jos茅 Ra煤l Buroni publicaron un libro denominado La medicina en la guerra de Malvinas, que fue editado por el C铆rculo Militar. Por otro lado, el Informe de la Comisi贸n Rattenbach establece en su cap铆tulo III que: “...el procedimiento adoptado por la Junta Militar para preparar a la Naci贸n para una guerra contradijo las m谩s elementales normas de planificaci贸n vigente en las Fuerzas Armadas y en el sistema nacional de planeamiento” (Comisi贸n Rattenbach, 2000). Los doctores Enrique Mariano Ceballos y Jos茅 Ra煤l Buroni se帽alan en las conclusiones “este an谩lisis critico ha costado gran sacrificio y dolor para vencer la resistencia de los que no quieren escuchar, en contraposici贸n a ello hemos observado que el enemigo realiz贸 en diciembre del mismo a帽o de la guerra un simposio en que evalu贸 aciertos y errores.” Los autores no solo describen los sitios donde se desarrolla el conflicto y las armas y equipos de combate utilizados, sino que le suman la situaci贸n t谩ctica que coloca a la Argentina en una situaci贸n desigual frente a Gran Breta帽a, y los aspectos geogr谩ficos del clima y el suelo que juegan en contra de dicha situaci贸n. Luego indican la doctrina de la sanidad, cada uno de los problemas de log铆stica y las lecciones que ha dejado la guerra. Dentro de los problemas de log铆stica sanitaria cabe se帽alar los 5(cinco) aspectos m谩s importantes: En primer termino, luego de finalizada y consolidada la recuperaci贸n de las islas el comandante terrestre contaba con 4.000 efectivos y no dispon铆a de atenci贸n m茅dica hospitalaria, por lo que d铆a 5 de abril le ordena al Director del Hospital Militar Comodoro Rivadavia (a 1.000 Km. De la isla) trasladar todo el personal y el material a la isla. Un elemento exclusivamente de guarnici贸n se transform贸 en la instalaci贸n de sanidad de campa帽a improvisada mas importante en la zona de combate: el Hospital Militar de Puerto Argentino. Este se ubico a partir del 10 de abril en un edificio de dicha ciudad, comenzando a funcionar el 12 de abril, estando completo su personal al d铆a 3 de junio. En ese momento constaba de 122 efectivos: 45 m茅dicos, 4 bioqu铆micas, 2 farmac茅uticos, 26 enfermeros y 25 soldados. Esta conformaci贸n es ineficiente, pues faltaban instrumentistas que ayuden a los cirujanos y psiquiatras en el frente. En segundo lugar, exist铆an puestos de socorro limitados en su accionar en la isla Gran Malvinas. El de Bah铆a Fox carec铆a de capacidad quir煤rgica y el de Puerto Howard dispon铆a de una muy limitada capacidad. Ambos quedan aislados el 21 de mayo cuando se produce el desembarco ingles en San Carlos. De all铆 que el 40 % de la cirug铆a realizada por los brit谩nicos fue efectuada en soldados argentinos . En tercer lugar, reci茅n a partir del 1 de junio se pudo disponer en la zona de combate de 2 buques hospitales denunciados e identificados seg煤n las normas de la convenci贸n de Ginebra del 12 de agosto de 1949. Eran los buques de la Armada “Bah铆a Para铆so” y “Comandante Irizar”. Se presentaron numerosas dificultades y dudas en el montaje y organizaci贸n de los mismos porque la armada no-tenia experiencia . En cuarto lugar, la cadena de evacuaci贸n sufri贸 serias dificultades porque: a) los heridos deb铆an ser transportados a pie a veces durante vario Km, desde las elevaciones, por la dificultad de llegada de veh铆culos; b) la imposibilidad de veh铆culos terrestres por la falta de caminos y la detecci贸n de los mismos por las tropas enemigas, c) la mayor parte de las bajas fueron nocturnas en virtud de la hora en que se produc铆an las acciones, d) la geograf铆a impuso la instalaci贸n de los puestos de socorro lejos del frente, e) el dif铆cil empleo de helic贸pteros por el escaso numero disponibles, la falta de visores nocturnos y la perdida de la superioridad a茅rea. Cabe resaltar que la evacuaci贸n de los heridos del combate Darwin- Goose Green no pudo llevarse a cabo, y todos ellos fueron atendidos por los brit谩nicos en el Hospital de Campa帽a de Bah铆a Ajax. El retardo de la evacuaci贸n es fundamental para evitar la mortalidad, pues existe “el periodo de oro”, que ocurre en las primeras dos horas debido a hematomas subdurales o extradurales, hemoneumotorax, ruptura del bazo o h铆gado, fractura de f茅mur o lesiones m煤ltiples. En el caso de Malvinas, generalmente el herido de primera l铆nea demoraba un promedio mayor a las seis horas para acceder al tratamiento quir煤rgico. Por ultimo, el rescate y evacuaci贸n del crucero Ara General Belgrano que es hundido el 2 de mayo fuera de la zona de exclusi贸n tuvo serios problemas que impactaron en la vida y la salud de los V.G. Los n谩ufragos debieron permanecer entre 40 hs y 44 hs. en las balsas, con temperaturas del agua entre los 2 y 3 grados C, con un viento de entre 90 a 108 Km por hora, con el estado del mar con olas de hasta 6 metros y una sensaci贸n t茅rmica de entre 7 y 10 grados C bajo cero. Personal de la Armada emprendi贸 una investigaci贸n a los efectos de determinar los factores que influyeron en la sobrevivencia del personal del crucero hundido. Las conclusiones m谩s importantes fueron: los inconvenientes m谩s numerosos fueron los originados por el fr铆o y luego el estado an铆mico, y los problemas de medios m谩s importantes surgieron por defecto en los cierres, las pinchaduras y roturas de balsas, fallas en los botellones de inflado, falta del botiqu铆n sanitario (elementos de curaci贸n, analg茅sicos, y comprimidos antimareos), falta de vengalas y falta de elementos de comunicaci贸n. Se observaron lesiones producidas por el fr铆o en el 16% de los sobrevivientes, siendo que el 20% de ellos carec铆a de salvavidas. El 19% tenia dolores relacionados con heridas o dec煤bitos, otros ten铆an reacciones depresivas y alteraciones del sue帽o . En el libro de los coroneles m茅dicos se encuentran datos interesantes que a continuaci贸n se detallan: Cuadro N潞 1 Mortalidad por 1.000 efectivos/a帽o durante los conflictos modernos. 2da Guerra (americanos) Corea (americanos) Vietnam (americanos) Malvinas (argentinos) 52 43 18 151 Fuente: Ceballos y Buroni, (1992) sobre la base de datos oficiales de Argentina y datos de la Segunda Guerra, Corea y Vietnam tomados de Carey. En este cuadro se observa que la mayor tasa de mortalidad es la de la guerra de Malvinas, indicando que hubo una alt铆sima densidad de fuego, siendo que la longitud del conflicto fue solo de 74 d铆as (con 33 d铆as de combate) Cabe aclarar que Ceballos y Buroni indican que es una de las pocas cifras que realmente permiten hacer una comparaci贸n entre distintos conflictos, pues depende de la densidad del fuego, y secundariamente de la calidad de atenci贸n medica. Incluso indican al final del libro que no se ha podido determinar las causas de la mortalidad por la falta de datos precisos, ya que no hubo personal especializado en la recopilaci贸n y an谩lisis de los datos. Durante la existencia del Hospital Militar de Puerto Argentino, del 12 de abril al 15 de junio, se internaron 1990 pacientes, teniendo relaci贸n con el combate solo 534 casos (el 26,83%). A continuaci贸n se detallan las afecciones diagnosticadas. Cuadro N陋 2.Patolog铆as internadas en el Hospital Militar de Puerto Argentino discriminadas seg煤n su relaci贸n con el combate AFECCIONES RELACIONADAS CON EL COMBATE N % Heridos 361 18,14 Pie de trinchera 173 8,69 AFECCIONES NO RELACIONADAS CON EL COMBATE 73,27 Gastroenteritis 156 Infecciones de la piel 107 Lumbociatalgias 60 Neumopat铆as 56 S铆ndromes gripales 45 Artralgias 44 Anginas 43 Micosis de piel 42 Eritema pernio 40 Quemaduras 34 Otitis media supurada 24 S铆ndrome stres-postraum谩tico 21 Infecciones urinarias 19 Desnutrici贸n 14 U帽as encarnadas infectadas 13 Hepatitis epid茅micas 10 Apendicitis aguda 5 Otras infecciones 723 Total 1990 Fuente: Ceballos y Buroni, (1992) sobre la base de datos oficiales del Hospital Militar de Puerto Argentino. De aqu铆 se desprenden las patolog铆as psico-som谩ticas relacionadas al sufrimiento y el stress (gastroenteritis y apendicitis aguda), sumada a las vinculadas al sobreesfuerzo de la carga y descarga, la mala postura, el hecho de cavar pozos y/o sepulturas (lumbociatalgias), mas las propias del fr铆o y la humedad, las psicol贸gicas y la desnutrici贸n. Un hecho a destacar es “la enfermedad desnutrici贸n, llamada tambi茅n edema de hambre o distrofia por falta de pr贸tidos y grasas se produjo como consecuencia de una alimentaci贸n hidrocarbonada deficiente en calor铆as”. Para el caso del “pie de trinchera”, se帽alan que la desnutrici贸n es un factor predisponente principalmente en la Isla Gran Malvinas, donde se registraron 3(tres) casos de fallecimiento por esta causa. En cuanto a los datos de los 361 heridos en combate, cabe indicar que el 70% de los mismos lo fueron por proyectiles de baja velocidad correspondientes a esquirlas de munici贸n de artiller铆a y de bombardeo a茅reo, debido a las caracter铆sticas de esta guerra en que predominaron los fuegos a茅reos y navales. A continuaci贸n se detallan los mismos: Cuadro N陋 3: Heridos de armas de guerra atendidos en el Hospital Militar de Puerto Argentino. Rango Esquirlas N Bala N Expl. N Total N % Oficiales 15 3 - 18 5,0 Suboficiales 57 12 5 74 20,5 Soldados 184 68 17 269 74,5 Total 256 83 22 361 100.0 Fuente: Ceballos y Buroni, (1992) en base a datos oficiales de Argentina. En este cuadro se observa que fueron afectados de manera diferente los soldados y los oficiales, siendo los primeros los m谩s vulnerables. Otro aspecto importante se帽alado en el estudio publicado por los coroneles m茅dicos Ceballos y Buroni es la respuesta psicol贸gica a la agresi贸n b茅lica. En ese sentido cabe destacar que, como afirman en dicho escrito: “La diversidad de agresiones que se sufren durante el combate impone un desgaste ps铆quico y f铆sico tan grande, que cualquiera, por m谩s racional que sea el curso de su pensamiento y su fortaleza ps铆quica, puede ser vulnerable y susceptible de proceder con conductas desorganizadas y trastornos emocionales. (L贸pez Ortiz, 1986)” No obstante, cabe se帽alar que no todos se ven afectados de la misma forma porque el soldado concurre al combate con el aporte de todo lo que tiene de persona: su educaci贸n, sus creencias religiosas, su fortaleza o debilidad f铆sica, su voluntad, sus temores, sus amores y sus planes de futuro. Todo esto puede permitirle o frenar la elaboraci贸n de la agresi贸n. Las respuestas an铆micas observadas en Malvinas pueden agruparse en: reacciones de huida, trastornos ps铆quicos por desnutrici贸n, despersonalizaci贸n y p谩nico. Dentro de las reacciones de huida se observan las lesiones auto infligidas, las consultas medicas de males insignificantes (dispepsias, pr贸tesis dentales dolorosas, etc.), el robo de tarjeta de evacuaci贸n. En otros casos eran crisis catat贸nicas, mutismo o crisis de llanto. En Malvinas, al igual que en la Primera y Segunda guerras Mundiales, se ven las consecuencias org谩nicas y ps铆quicas de la desnutrici贸n. Lo m谩s notable es la letargia mental y ps铆quico, caracterizada por el sue帽o profundo y fatiga ps铆quica y mental, perdida del poder de concentraci贸n y perdida de memoria de los sucesos recientes. Respecto a la despersonalizaci贸n se observaron en las inmediaciones de Puerto Argentino, soldados presa de una especie de trance, semejante a una "fuga" epil茅ptica, que concurr铆an a revolver recipientes para residuos y comer lo que all铆 encontraban, con desubicaci贸n en el tiempo y en el espacio, que se marchaban a la deriva por el campo, y con una posterior perdida de memoria de lo que hab铆a sucedido, a los que el resto de los soldados llamaban “los mutantes”. Otra reacci贸n fue el ataque de p谩nico. El P谩nico es el miedo excesivo que produce reacciones descontroladas en las 谩reas del pensar y actuar. No se presta o铆dos al jefe y cada uno cuida de s铆 mismo sin miramiento por los otros, el grupo se desintegra. Cuando se los detecto fueron aislados y evacuados porque sucede una reacci贸n en cadena, como fue descripto en otras guerras. Sin embargo, durante los d铆as del combate en Puerto Argentino se observaron numerosos casos de p谩nico, esta vez contagiosos, que se evidenciaron como: huida despavorida, colocaci贸n en posici贸n fetal y cubiertos totalmente por ropa, estado e inmovilidad durante horas, etc. En el documentos se indica que lamentablemente no se cont贸 con personal instrumentista (que ayudaran en las cirug铆as), ni con psiquiatras en el frente, como ya se acostumbraba en otras contiendas. Dicho documento hist贸rico constituye una antesala de lo que ser铆a la red de contenci贸n m茅dico-psicol贸gica en el retorno al continente y la posguerra, como se observa en el t贸pico siguiente. 4. El derecho a la salud en la posguerra: ¿una meta dif铆cil de lograr? Cabe recordar que en el estudio hist贸rico y retrospectivo de las secuelas en salud en la guerra de Secesi贸n Americana, se constata que quienes han presenciado un mayor numero de muertes de compa帽eros fue asociado con signos de enfermedad cardiaca y gastrointestinal y de trastornos nerviosos. Otro factor que aumento las posibilidades de padecer algunas de estas enfermedades fue la edad del combatiente. Los soldados j贸venes (menores de 18 a帽os) comparado con los mayores (de mas de 30 a帽os) mostraron un riesgo mayor de muerte, un 52% m谩s. Adem谩s estos chicos ten铆an un 93% mas de probabilidad de sufrir una alteraci贸n nerviosa junto a otras patolog铆as f铆sicas. (L贸pez, 2006). Hasta el momento en Argentina faltan datos de este tipo, que nos permitan asociar edad y tipo de riesgos seg煤n el lugar de combate en Malvinas. Cabe se帽alar que los veteranos de guerra argentinos, m谩s all谩 de que no contaron con una asistencia psicol贸gica e incluso m茅dica, han padecido un enorme vac铆o social, como as铆 tambi茅n un proceso de desmalvinizaci贸n pol铆tica deliberadamente orquestado. Este concepto desmalvinizaci贸n fue acu帽ado por el polit贸logo franc茅s Alain Rouquieu y fue utilizado en diferentes simposios desde junio de 1982. El fen贸meno de la “desmalvinizaci贸n” fue pensado y dirigido por la dictadura, pero no fue revertida en democracia. Comenz贸 con la visi贸n de un conflicto b茅lico, como la guerra, despojado de sus principales actores, silenciando a los soldados apenas volvieron al continente. De esa forma los soldados se convirtieron en v铆ctimas de la dictadura, de la guerra y del silencio, porque descargaron en ellos las culpas de la conducci贸n pol铆tica y militar que llevaron a la derrota. En ese proceso intencional sostenido en el tiempo, la salud ha sido una de los temas mas afectados, como a continuaci贸n se detalla Se observa que a pesar de haber estado poco tiempo en un conflicto b茅lico (74 d铆as), son muchas las consecuencias f铆sicas y ps铆quicas en los ex soldados. No hay que olvidar que estuvieron expuestos a hambre o fr铆o (86%), bombardeos, agua (72%), a explosivos (64%), esfuerzos f铆sicos (66%), ruidos (81%), a riesgo de muerte (84%). Por lo tanto, para modificar las condiciones de salud y este perfil de morbi-mortalidad, deben realizarse cambios sociales (pol铆ticas para favorecer el aumento de puestos de trabajo con salario digno, posibilidad de ingreso y buena calidad en los niveles educativos y servicios de salud, ejercicio de la ciudadan铆a con equidad y responsabilidad). De modo que la actividad de la salud publica no puede ser eficaz, y en algunos ocasiones, imposible de conseguir, a menos que se trate de influir en esas condiciones. “El Derecho a la Salud mucho m谩s que el derecho a la atenci贸n m茅dica. La salud es un derecho humano y parte fundamental del derecho a la vida, as铆 como un deber del estado. Visualizamos el Derecho a la Salud a nacer, crecer, desarrollarnos y finalizar nuestro ciclo saludablemente en un ecosistema saludable. El Derecho a disfrutar saludablemente nuestra vida cotidiana” (Pay谩n G贸mez y Monsalvo, 2005) De modo que este derecho a la salud es lo que les fue negado a los veteranos de Malvinas. Esto se constata en las manifestaciones del dirigente Rub茅n Rada a la BBC en el 2002 quien dice: “A muchos de los que despu茅s fueron considerados "locos de la guerra" les result贸 traum谩tico ese brusco retorno, fundamentalmente por la falta de empleo y contenci贸n. Algunos se aislaron o cayeron en la depresi贸n, el alcohol o la droga porque no ten铆an trabajo o una familia que los respaldara. Algunos contrajeron el SIDA o terminaron presos" (Rub茅n, 2002). Existen antecedentes que indican la magnitud del problema. Por un lado, en la provincia de Buenos Aires, en el a帽o 1995 se realiz贸 una encuesta que permitiera un diagn贸stico de situaci贸n de las condiciones de vivienda, empleo, educaci贸n y, particularmente, del acceso a la salud en una muestra de 500 encuestas de la poblaci贸n objetivo realizada en la Regi贸n sanitaria VI (en los distritos Quilmes y Avellaneda). Otro antecedente es relatado por Alejandra Ruiz L贸pez, M茅dica Psiquiatra y Docente del Departamento de Salud Mental de la Fac. de Medicina de la Universidad de Buenos Aires que se desarrolla en el a帽o 996 (a los 14 a帽os de la guerra) trabajando con “Voluntarias por la Patria”. “Eran ellas las que recib铆an las demandas de los soldados quienes, terminada su conscripci贸n, volv铆an a la vida civil. Estas demandas eran de tipo social o laboral: ped铆an trabajo, pr茅stamos, casa, a veces un o铆do atento que escuchara sus preocupaciones. En general las Voluntarias consegu铆an satisfacer las demandas, pero s贸lo en el corto plazo, pues muchos veteranos abandonaban los nuevos puestos de trabajo, los prestamos pronto se malgastaban y los matrimonios se romp铆an una y otra vez generando situaciones familiares muy dif铆ciles” Esto tambi茅n es resalta por una hermana de un veterano. En un primer momento se derivaron muchos puestos en la administraci贸n p煤blica, que compensaban la actitud discriminadora de los empresarios del sector privado. Pero este impulso tambi茅n fue perdiendo vigor a medida que el desempe帽o de los nuevos empleados era opacado o frustrado por factores ps铆quicos o f铆sicos de posguerra. Un testimonio significativo es el de la hermana de un V.G.: Mi hermano Juan Carlos no quiso volver a casa, se quedo a vivir en una pensi贸n en Buenos Aires y trabajaba en la empresa estatal de tel茅fonos. Se despertaba de noche, comenzaba a gritar y se pon铆a el uniforme. Por eso toda los vecinos de la pensi贸n ven铆an a calmarlo. Despu茅s fue a un psiquiatra, pero este profesional lo dopaban tanto que a la ma帽ana los compa帽eros le marcaban la tarjeta y despu茅s ten铆an que ir a buscarlo, lo despertaban, lo ba帽aban y le daban caf茅” (Mar铆a Alejandra, 2006) La Dra. Ruiz L贸pez declara: “No sab铆amos por entonces demasiado a cerca de los trastornos emocionales relacionados con el trauma. Nuestros veteranos presentaban reiterados fracasos sociales y familiares, imposibilidad de logros y 茅xitos en la vida, conductas agresivas, aislamiento y dificultades de integraci贸n. Ning煤n doctor les merec铆a suficiente confianza como para preguntarle por estas cosas. M谩s bien, estos rasgos eran vividos como exacerbaci贸n de las modalidades personales, como producto de su educaci贸n e idiosincrasia. Sin embargo muchos de estos s铆ntomas se pueden analizar desde la 贸ptica de una falla neurobiol贸gica, con la correspondiente cascada de cambios bioconductuales, producto del trauma o bien como la respuesta de un aparato ps铆quico que ha perdido su capacidad de poner nombre a la vivencia traum谩tica, por ser 茅sta tan intensa que carece de representaci贸n”. Por esa raz贸n, realizan un estudio comparativo de 6 meses de duraci贸n, durante el cual los veteranos recibir铆an una terapia grupal, centrada en los incidentes cr铆ticos, tendiente a verbalizar los contenidos referidos al trauma (no recibir铆an durante ese per铆odo ning煤n otro tratamiento) La muestra estuvo constituida por 22 veteranos de guerra que aceptaron participar en este estudio piloto. Sus edades oscilaban entre los 32 y 34 a帽os, salvo uno que ten铆a 55. (M茅dico, hab铆a participado como oficial en la contienda a los 41). Tomaron la Escala de Actividad Global, Eje V del DSM IV que nos da una idea general de capacidad de interactuar del sujeto. Con el fin de evitar el sesgo que implica la subjetividad, dos evaluadores estimaban, por separado, el nivel de cada paciente y se adjudicaba el promedio de los dos n煤meros obtenidos. La comorbilidad fue evaluada seg煤n el DSM IV En comorbilidad se observa que En el gr谩fico 2 observamos que al iniciar el tratamiento mas del 70% de la muestra presentaba trastorno relacionados con el descontrol de los impulsos, trastornos de ansiedad (incluido stress postraum谩tico) o trastornos del estado de 谩nimo, pero en los 6 meses hubo cambios positivos, como se observa a continuaci贸n: . Cuadro N潞4: Cambios a nivel de los trastornos de la salud mental antes y despu茅s de la intervenci贸n profesional: T. estado de 谩nimo T ansiedad T facticio T C substancia T control impulsos T adaptativo Inicio 22% 5% 14% 26% 5% 6 meses 9% 5% 5% 13% 5% Fuente: Elaboraci贸n propia en base a Ruiz L贸pez (2001), Estr茅s postraum谩tico enmascarado, Bs. As. En el nivel de actividad global implica que se pasa de puntuaci贸n. De indicar: “s铆ntomas moderados como afectividad aplanada, crisis de angustia ocasionales y dificultades moderadas en la actividad social laboral o escolar”, se pasa a un puntaje que indica: “s铆ntomas leves como espor谩dico humor depresivo o insomnio ligero, con pocas dificultades en la actividad social o laboral, en general buen funcionamiento incluyendo la presencia de relaciones interpersonales significativas.” Sin embargo esta experiencia es limitada en el tiempo, el espacio y el grupo de beneficiados. No obstante se帽ala los problemas de salud que se vinculan directamente con lo laboral. Estos problemas de salud efectivamente afectan la reinserci贸n laboral en un contexto social marcado por los problemas de empleo como es el caso de Argentina y espec铆ficamente Rosario. En ese sentido cabe rescatar las declaraciones del veterano rosarino Joel B谩ez: “Nosotros tenemos un alto 铆ndice de desocupaci贸n, m谩s del 70 por ciento y estamos hablando de una poblaci贸n tan chica como esta. Con el trauma que hab铆a despu茅s del conflicto, encontrarse con la realidad y enfrentar a la vida, encontrarse con la desocupaci贸n... muchos casos de quite de vida tienen que ver con eso (Joel, 2006) En el periodo 1996-1998 se comienza un relevamiento nacional desde PAMI para luego orientar las pol铆ticas, que nunca se hace realidad. El mismo abarca algunas ciudades como: C贸rdoba, Lan煤s (Bs. As.), La Rioja, Mendoza, Rosario (Sta. Fe) y Villa 脕ngela (Chaco), pero queda incompleto e inconcluso. Los datos son parciales, la poblaci贸n encuestada varia en cada caso y el relevamiento es fragmentario. No obstante es pertinente rescatarlo por ser “el primer intento de relevamiento en salud desde el Estado Nacional”, y observar algunos datos generales: Cuadro N潞 5: La salud de los V.G. Antes y despu茅s de Malvinas. A帽o 1996/98. Trastornos Antes En Malvinas Despu茅s Hoy (1998) Metab贸licos 0% 0,3 % 6,6 % 8,3 % Digestivos 0 % 3,3 % 21,3 % 21,3 % Hipertensi贸n Arterial 0 % 0 % 3,3 % 11, 5 % Cardiovasculares 0 % 1,6 % 3,3 % 3,3 % Osteomusculares 4,9 % 23 % 27,9 % 32,8 % Fuente: Elaboraci贸n propia en base a BORINI, M., GONZALEZ TREJO, C., SOLANO, M. & MADRID, M.E. (1999) En este cuadro se observa que los veteranos expresan cambios a nivel osteomuscular, pasando de un 4,9% a un 23 %. El otro cambio es a nivel digestivo, pasando de 0% de casos a un 3,3% en la misma guerra y un 21,3% en la posguerra. En estos dos efectos en salud coincide con el estudio de los coroneles m茅dicos Ceballos y Buroni en cuanto a los principales motivos de consulta durante la guerra. Hay otro aspecto de la guerra que se refiere al impacto en la salud mental, al que se hace referencia en el t贸pico siguiente 4.a. Los problema de salud mental que impiden el disfrute de los derechos de los V.G. El trauma y su impacto en la poblaci贸n han sido descriptos desde tiempo remoto. Pline le Jeune en el a帽o 79 D.C. destrucci贸n de Pompeya describe comportamientos en situaciones de cat谩strofe. Voltaire en la destrucci贸n de Lisboa de 1755 por un terremoto. Finalmente Freud en 1895 dice que la histeria se origina en un trauma acaecido en el pasado: miedos, decepciones amorosas, un accidente ferroviario ( y bien podr铆a ser originado por la guerra). Tambi茅n William James, psic贸logo, habla de los comportamientos en el terremoto de San Francisco del 18 abril 1906. En nuestro siglo, en la 2da Guerra Mundial se habla del “shock del combate” o la “fatiga de combate”. Kardine en un escrito de 1959 declara que 1/3 de los heridos presentaban sintomatolog铆a considerada de etiolog铆a ps铆quica. Se discut铆a en los altos mandos y entre psiquiatras si era un “fen贸meno involuntario” o “una manera intencional de eludir las obligaciones militares”. Tiempo despu茅s se publica el libro “men under stress” Grinker y Spiegel 1963. Hablan de reacciones estresog茅nicas de combate.- colapso emocional.- Proponen denominarla “Neurosis de guerra” o “Neurosis Traum谩tica”. Hans Seyle (1950, 1956, 1980) hala de stress “respuesta inespec铆ficas del cuerpo a toda exigencia o demanda de este”. Describe el S铆ndrome General de Adaptaci贸n –respuesta org谩nica y fisiol贸gica ante cualquier tipo de estimulo estresante. As铆 en 1980, con el DSM –III se profundiza el estudio del estr茅s postraum谩tico en el Manual de diagnostico y tratamiento de la sociedad de Psiquiatr铆a de los EUA, con reconocida trayectoria en el 谩mbito mundial.(M. Benyakar, 2002) Recientemente se incluyo en el curriculum de la carrera medica en algunos pa铆ses una disciplina denominada Medicina de Cat谩strofe. Ella incluye dentro de su campo de estudio los aspectos psicopatol贸gicos, las caracter铆sticas ps铆quicas, comportamientos inadaptados y la epidemiolog铆a de las cat谩strofes. En el caso de la posguerra hubo dos estudios hechos por militares que habla del da帽o sufrido por dicha poblaci贸n de V.G. a los que se hace referencia en el libro de los coroneles m茅dicos Ceballos y Buroni antes mencionado. Por un lado en el hospital naval de R铆o Santiago se efectu贸 un estudio de 72 casos de SPT con personal de la Flota de Mar, Aviaci贸n Naval e Infanter铆a de Marina, siguiendo la tercera edici贸n del Diagnostic Statistical Manual of Mental Disorders, producido por la American Psychatric Association. Una gran parte de los casos eran los n谩ufragos del crucero ARA General Belgrano. En los resultados se observa que la frustraci贸n se presenta como un sentimiento generalizado y el 82% de los pacientes presentan s铆ntomas de depresi贸n. La frecuencia de algunos de los s铆ntomas m谩s importantes son los siguientes: Cuadro N陋6. Frecuencia de algunos de los s铆ntomas padecidos por V.G. de Malvinas que consultan al Hospital Naval de R铆o Santiago N % Existencia de un agente estresante que provocar铆a reacci贸n en cualquiera 72 100 Disminuci贸n marcada del inter茅s 68 94,4 Disturbios del sue帽o 68 94,4 Recuerdo y evocaciones recurrentes del trauma 65 90,3 Sue帽os recurrentes- pesadillas 60 83,3 Trastornos de la memoria y en la capacidad de concentraci贸n 55 76,4 Hiperalerta- hiperreactibilidad al ruido 45 62,5 Evite de actividades que evocan el evento traum谩tico 40 55,5 S煤bitos episodios de reactivaci贸n de los sentimientos y emociones del evento traum谩tico 33 45,8 Distanciamiento de los otros. Introversi贸n 32 44,4 Intensificaci贸n sintom谩tica por hechos o eventos que simbolizan o se parecen al evento traum谩tico 22 30,5 Afectividad constre帽ida 15 20,8 Culpa por las conductas que permitieron la sobrevida 5 6,9 Fuente: Ceballos y Buroni, (1992) sobre la base de datos oficiales del Hospital Naval de R铆o Santiago, Argentina. Del estudio llama la atenci贸n la enorme cantidad de soldados que manifiestan: la Disminuci贸n marcada del inter茅s, los Disturbios del sue帽o y los Recuerdo y evocaciones recurrentes del trauma Por otro lado, existe un estudio del Servicio de Psiquiatr铆a del Hospital Militar de Campo de Mayo. Se analizan 340 casos psicopatol贸gicos en personal que hab铆a pertenecido a las Fuerzas Terrestres en el Teatro de Operaciones Malvinas y que se presentaron a la consulta hasta 4(cuatro) a帽os despu茅s del terminado el conflicto. Los resultados son llamativos, pues la mitad de los pacientes padecen de SPT, como se observa en el cuadro siguiente: Cuadro N陋 7. Cuadros psicopatol贸gicos observados en V.G. atendidos en el Hospital Militar de Campo de Mayo N % S铆ndrome post-stress traum谩tico 155 50 Personalidad psicop谩tica 95 27,9 Neurosis 54 15,9 Oligofr茅nica 10 2,9 Otras psicosis 9 2,6 Epilepsia 6 1,8 Alcoholismo 6 1,8 Esquizofrenia 5 1,5 Total 340 100 Fuente: Ceballos y Buroni, (1992) sobre la base de datos oficiales del Hospital Militar de Campo de Mayo, Argentina. Adem谩s del alto porcentaje de casos de SPT, llama la atenci贸n el 27,9% de pacientes con personalidad psicop谩tica y el 15,9 % de casos de neurosis como secuela de la guerra de Malvinas. La mayor incidencia de afectados por SPT se encontraba entre los 18 y 25 a帽os en coincidencia con otros estudios de conflictos. Los profesionales de mayor edad y jerarqu铆a tienen tendencia a presentar s铆ndromes depresivos. Los mas afectados pertenecen al arma de infanter铆a en relaci贸n con las caracter铆sticas particulares de combatir que las diferencia del resto. Se ha podido comprobar que en la instalaci贸n de este cuadro existen s铆ntomas de alarma, caracterizados por ansiedad permanente, trastornos progresivos del sue帽o, irritabilidad, modificaciones del humor, anorexia, excesos alcoh贸licos y somatizaciones (neurosis g谩strica, desordenes cardiovasculares, manifestaciones reum谩ticas, etc.) Unos datos similares se desprenden del estudio incompleto hecho hace 9 a帽os atr谩s, como se ve a continuaci贸n: Datos psicol贸gicos de los V.G. Malvinas. A帽os 1996/98. Cambio de car谩cter: 86 % Sentimientos de Discriminaci贸n: 84 % Trastornos en el sue帽o: 77,9 % Trastornos en la memoria: 60 % Violencia: 37 % Trastornos en el pensamiento: 34 % Irritabilidad: 29,8 % Angustia: 29,8 % Ideas frecuentes de suicidio: 28 % Trastornos en el tiempo: 26 % Fobias: 20 % Depresi贸n: 19,9 % Intentos de suicidio: 10 % S铆ntomas sic贸ticos: 10 % Fuente: BORINI, M., GONZALEZ TREJO, C., SOLANO, M. & MADRID, M.E. (1999) Del estudio cabe destacar los cuatro aspectos m谩s importantes: un 86% manifiesta cambio de car谩cter, un 84 % posee sentimientos de discriminaci贸n, un 77,8% tiene trastornos del sue帽o y un 60% padece trastornos de la memoria. Lamentablemente aqu铆 tampoco se cruzan los datos con: la edad, la conformaci贸n de la familia, la clase social, la inserci贸n laboral y social de cada uno de ellos, lo cual nos permitir铆a tener un perfil mas preciso, que luego oriente las pol铆ticas. Otra experiencia en salud mental comienza en marzo de 1997 cuando el Ministerio de Salud de la Pcia. de Buenos Aires pone en marcha el “Programa de Salud del Veterano de Guerra Bonaerense”. Este programa se gesta como respuesta a la inquietud de un grupo de ex-combatientes, quienes impulsados por la angustia de tantos compa帽eros suicidados y la manicomializaci贸n como 煤nica forma de respuesta intentada, buscaban alternativas terap茅uticas. Este Programa de Salud Comunitaria, coordinado desde la Direcci贸n de Salud Mental, se implementa como un dispositivo de prevenci贸n terciaria, no debi茅ndose perder de vista que se inicia a quince a帽os del evento traum谩tico, con lo que esto significa con relaci贸n a las secuelas (Bentolila, S. y B. G贸mez, 2001). Recientemente uno de los integrantes del equipo el V.G. Carlos Viegas se帽ala “Mi funci贸n dentro de este equipo es la de facilitarles a los Compa帽eros el poder acercarse a un tratamiento que reduzca el dolor de la posguerra y les aumente la calidad de vida... lo hacemos en una oficina de 2.5 m. por 3 m. No contamos con recursos mas all谩 de los sueldos y la medicaci贸n gratuita para los Compa帽eros, provista por la direcci贸n de salud mental de la Pcia. de Bs. As.” Seg煤n dicho V.G. si consultan por "Depresi贸n aguda", se los medica para estabilizarlos, pero luego al sentirse un poco mejor abandonan el tratamiento” (Viegas, 2007). Otro estudio reciente fue hecho en el 2004 por el Lic. Alejandro Enrique de la provincia de Entre R铆os. En su estudio constata que los V.G. tienen mayor sensibilidad para ser afectados por sentimientos negativos tales como ansiedad, enojo y situaciones estresantes que se manifiesta en desajuste e inestabilidad emocional, pensamientos negativos, baja participaci贸n social, baja autoestima. Muchos presentan stress postraum谩tico (PTSD) seg煤n el DSM-IV. Los criterios que establece el DSM-IV (American Psychiatric Association, 1995) para el diagn贸stico del PTSD identifican tres grandes grupos de s铆ntomas, teniendo en cuenta que previamente debe haber existido exposici贸n a un evento, caracterizada por muertes o amenazas para la integridad f铆sica propia y de los dem谩s y una respuesta de desesperanza, temor u horror intensos ante este evento: 1.- Reexperimentaci贸n del evento traum谩tico a trav茅s de recuerdos reiterados o pensamientos intrusivos y sue帽os de car谩cter recurrente que provoquen malestar cl铆nicamente significativos. Keane, Wolf y Taylor (1987) plantearon la posibilidad de reproducir los s铆ntomas del s铆ndrome en laboratorio, exponiendo a los individuos afectados a est铆mulos traum谩ticos auditivos o visuales. 2.- Evitaci贸n de est铆mulos asociados al trauma como pueden ser los esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el evento traum谩tico, esfuerzo por evitar lugares o personas que motiven el recuerdo del trauma, reducci贸n del inter茅s o participaci贸n en actividades significativas, sensaci贸n de desapego, restricci贸n de la vida afectiva, entre otros. 3.- Aumento de la activaci贸n con s铆ntomas tales como dificultades para conciliar y mantener el sue帽o, irritabilidad, dificultades para concentrarse, hipervigilancia. Esto no solo sucede con los exsoldados conscriptos, sino que tambi茅n afecta a los ex soldados con una carrera militar en la armada, fuerza a茅rea, ejercito o gendarmer铆a. El principal centro de atenci贸n al stress postraum谩tico esta en el hospital Paroissien en la Matanza. En una entrevista hecha para el Diario Clar铆n, la Psic. B. G贸mez Cabrera se帽ala que empezaron hace 10 a帽os (1997) luego de la visita de V.G. de Corea y Vietnam. Hasta el momento han atendido unos 1.000 (mil) excombatientes. La profesional cuenta que es muy dif铆cil ser esposa e hijo de un V.G. porque a causa de esta patolog铆a ellos suelen ser irritables, agresivos y a otras veces se a铆slan: “Pueden pasar d铆as encerrados sin hablar con nadie. Tampoco suelen acompa帽ar a los hijos a la escuela porque no soportan estar en lugares donde se canta el himno, pero aceptan con gusto a sus camaradas, se re煤nen constantemente, hacen viajes juntos.” Hay quienes indican que incluso aun en ellos hay problemas para la atenci贸n a los V.G. La Dra. Alejandra Ruiz L贸pez afirma: “Lo que realmente sigue siendo insuficiente es la atenci贸n medica de los veteranos. Ha habido muchos intentos, en algunos de los cuales he participado en mayor o menor medida, Desde Voluntarias por la Patria sigo asistiendo a algunos veteranos. Desde el estado se ha creado un centro de estr茅s postraum谩tico para veteranos del ejercito que funciona en la calle Palestina de Bs. As. y algunos 谩mbitos hospitalarios que se dedican a SPT en el hospital 脕lvarez y el Alvear. Estos 煤ltimos est谩n dedicados a pacientes en general y no suelen concurrir veteranos. Ellos tienen cobertura medica de PAMI y eso no esta funcionando muy bien en el tema de estr茅s postraum谩tico... Como ves sigue siendo el punto flojo y cuando eso no funciona no importa cuantas pensiones tengan, la vida no se puede vivir con plenitud.” (Ruiz L贸pez, 2007) Por ultimo, un capitulo especial es el de los suicidios e intentos de suicidios. Este tema es e tal magnitud que puede compararse la guerra y la posguerra. En la guerra murieron 649 argentinos: 323 durante el hundimiento del crucero General Belgrano y 326 en el archipi茅lago. ¿Cu谩ntos ex combatientes se suicidaron? El Estado no tiene cifras oficiales, pero entre los veteranos la mayor铆a se habla de m谩s de 450 casos. En ese sentido, recientemente un V.G. ha manifestado: soy un excombatiente que padece muchos problemas, tampoco puedo reconciliar el sue帽o y he tratado de suicidarme, para colmo de los males falleci贸 un hijo el a帽o pasado de 17 a帽os . (Mario Narciso, 20 de enero de 2007) Opiniones similares se constantan en los relatos de veteranos de un estudio reciente hecho en La Plata por el Programa de historia Oral del Archivo hist贸rico de la Provincia de Buenos Aires junto a la Facultad de Periodismo y Comunicaci贸n de la UNLP. Todos los excombatientes entrevistados recuerdan que son actualmente similares la cantidad de muertos en combate en Malvinas, con la de suicidados en la posguerra, y buscan las causas de estas tragedias tanto en la experiencia traum谩tica de la guerra como en la indiferencia y el desamparo de la posguerra. La falta de reconocimiento social, haber muerto de noche por haber perdido la guerra, la falta de comprensi贸n de una sociedad no dispuesta a incluir la guerra en su verdadera dimensi贸n y a sus soldados como h茅roes en la construcci贸n de la memoria que la nueva democracia requer铆a como antit茅tica de la sociedad militarizada. (Clarke, Ghisiglieri y Sarno, 2006) En ese mismo sentido, el suicidio fue estudiado como un hecho “social” por el primer soci贸logo, el Franc茅s Emile Durkheim quien se preocupaba por la problem谩tica que sufr铆an quienes migraban del campo a la ciudad causada por la industrializaci贸n. De modo que, aunque el suicidio es un actor meramente personal, tambi茅n es directamente social, pues el suicidio es el resultado de la autopercepci贸n del sujeto de acuerdo con el contexto en que se desenvuelve y con el sistema cultural (valores, ideas, y creencias como elemento que determinan la conducta del individuo y, por tal motivo, los roles que este puede ejercer). El hombre es un ser bio-psico-social y eso es lo que determina su conducta autodestructiva que lo lleva al suicidio. (Manzo Guerrero, 2005) Con el tiempo, los suicidios se fueron espaciando, pero nunca desaparecieron. Se dice que la media del a帽o 2005 fue de un suicidio por mes y muchos aparecen solapados. Una de las razones es que muchos casos se registran como accidentes, accidentes de transito y heridas auto infligidas por armas de fuego, que no fueron acompa帽adas por una carta de suicidio. Este hecho al fin de cuentas resulta ser un acto de compasi贸n hacia los familiares que sobreviven al hecho. (Gerding, 2002). Cabe se帽alar que algo similar ha sucedido en el bando contrario. Colin Waite, cofundador de la Falklands Veterans Foundation (Fundaci贸n de Veteranos de Malvinas), una asociaci贸n que funciona desde abril de 1997 indica: “hemos reclamado al gobierno que hiciera un relevamiento de este tema, ya que tambi茅n en Gran Breta帽a, como en la Argentina, no hay n煤meros oficiales sobre la cantidad de suicidios de ex combatientes.” Sin embargo, "He hablado en extenso con una gran cantidad de veteranos de todos los servicios [de las fuerzas armadas brit谩nicas] y el dato m谩s chocante es que dudo que haya alguien que habiendo servido en 1982 hoy no sufra de alguna forma del s铆ndrome de estr茅s postraum谩tico (SEPT)", complet贸 Waite (La Naci贸n, 2006). Por todos estos problemas de salud mental, no solo se ve afectado el veterano, sino que tambi茅n sufre la familia como se describe mas adelante (t贸pico 5). Pero esto pareciera no conmover a los profesionales de la salud mental, que en Rosario siguen enfrascados en sus luchas intestinas y conflictos entre corrientes ideol贸gicas. Adem谩s continua la puja entre corrientes de la psicolog铆a y la psiquiatr铆a. Recientemente en las jornadas de Capacitaci贸n del Dr. Dup茅n, surgieron disputas. Una de las participantes, especialista en psicolog铆a en cat谩strofe, se帽al贸 que estuvo en Santa Fe para contener a los inundados del a帽o 2003 observando que tal disputa entre paradigmas es un tema vigente. Otra profesional indic贸 que hay otros medios para resolver los problemas de salud mental como el arte, la radio abierta, exposiciones de fotos, etc. Uno de los presentes manifest贸 que “el abrazo” es muy importante en el ambiente familiar. En la observaci贸n del encuentro se constataba “la disputa de poder” entre diferentes miradas del problema, intentando imponer su visi贸n como la 煤nica valedera. En ese momento intervino una de las madres presentes diciendo: “no importa el m茅todo, la escuela, si se apela a la hipnosis para revisar los recuerdos o se utilizada la t茅cnica de pegarle al almohad贸n, lo que importa es que si esto va a movilizar a los profesionales que todos estos a帽os estuvieron ausente, bienvenido sea”... ”Interesa la finalidad, porque de esa manera pasaron 24 a帽os y en Rosario, Santa Fe y muchas provincias como Misiones (donde vive mi hijo) no se ha hecho nada de nada con respecto a al salud integral” Idea que fue reforzada por un excombatiente presente que cont贸 que muchos compa帽eros se encuentran bien gracias a la asistencia de profesionales de diferentes escuelas. A lo que Dup茅n respondi贸: “Es tan importante la contenci贸n sea cual sea el enfoque porque sino aparece otro problema como la violencia familiar (con su madre, padre, hermanos, esposa e hijos), porque uno agrede al que m谩s se quiere.” En esa misma senda, otro excombatiente manifest贸: “me doy cuenta que soy agresivo, reacciono mal... no me callo, duermo poco, porque me aparecen im谩genes de los combates, sobretodo el mal trato del suboficial que era mi jefe, que com铆a y a mi no me daba nada porque dec铆a que yo tenia que cuidarlo afuera...”(Carlos, 2006) En suma, los testimonios antes descriptos ponen sobre la mesa el ambiente de los profesionales de la salud mental preocupados por el tema. 4.b. Los problema de discapacidad resultado de la posguerra Una de las secuelas m谩s evidentes de una guerra es la discapacidad. Malvinas dej贸 un saldo de 700 (setecientos) muertos y desaparecidos y m谩s de 1.300 (mil trescientos) heridos (Clarke, Ghisiglieri y Sarno, 2006) Algunos V.G. sufrieron amputaciones luego de las batallas y otros mientras estaban prisioneros, como es el caso de Ra煤l Am茅rico Gallego del regimiento 12 de Infanter铆a de Mercedes, Corrientes: “Nosotros no tiramos un solo tiro. A las 2 de la ma帽ana del d铆a 28 ca铆mos prisioneros en Puerto Darwin. Yo estuve tres d铆as. Ya que al tercero me paso esto. Nos usaban para trasladar cajones de municiones de morteros, granadas y proyectiles. 脡ramos como veinte soldados que hac铆amos lo mismo. Yo estaba haciendo uno de los 煤ltimos viajes cuando faltando unos metros para descargar, de repente exploto la carga. Bueno ah铆 perd铆...la pierna. Realmente fue dram谩tico. Recuerdo gritos, humo y sangre. La explosi贸n me hizo saltar para arriba y ca铆 boca abajo. No pod铆a respirar por el humo. Pero hice fuerza, respire y abr铆 los ojos. A veces me pregunto para que lo habr茅 hecho. Levante mi cabeza y vi la pierna hecha pedazos. Vi la sangre, las esquirlas metidas en ella, vi los huesos. Del relato del veterano surge la pregunta: ¿c贸mo es posible la inserci贸n socio-laboral y afectiva de una persona en estas condiciones?. Un estudio reciente se pregunta: ¿Qu茅 sucede cuando el cuerpo de alguien se transforma en campo de batalla, en sede del orgullo patri贸tico? A lo que responden que muy a menudo, significa regresar con el sentido alterado del yo y de la relaci贸n con el propio cuerpo. (Izzy Socket Klatzke, 2006) Por esa raz贸n es preciso que el sistema de salud, los 谩mbitos de trabajo y la sociedad se encuentren preparados para recibirlo. ¿Cu谩l es la magnitud del problema en los V.G. de Malvinas?. Del estudio realizado por el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (INSSJP) que cuenta con datos parciales, se desprende lo siguiente:  El 70% ha tenido alguna lesi贸n f铆sica recibida en la guerra (Informe psicol贸gico). el 4,1% sufre de incapacidad motora el 2,3% tiene sordera Tambi茅n se puede analizar algunos resultados de esa consulta a un grupo de veteranos, con motivo de observarlo de manera mas desagregada, como a continuaci贸n: Cuadro N潞 8: Evoluci贸n de la discapacidad permanente Bs. As. A帽os 1982-1996 Discapacidad Antes En Malvinas Despu茅s Actualmente (1996) Visual 1 V.G. 1 V.G. 1 V.G. 2 V.G. Motora 0 % 0 % 1,6% 4,9% Auditiva 1,6% 4,9% 6,6% 8,2% Sensitiva 0 % 0 % 0 % 1 V.G. Fuente: Elaboraci贸n propia en base a BORINI, M., GONZALEZ TREJO, C., SOLANO, M. & MADRID, M.E. (1999) En este cuadro, se observan claramente la discapacidad auditiva y motora resultante de la contienda. A pesar de haber visto estos cambios, hasta el momento ni siquiera hubo una pol铆tica destinada a compensar el impacto negativo que deja la discapacidad en la posguerra con motivo de lograr la reinserci贸n laboral como en otros sitios, como Ucrania y Bosnia. No hay que olvidar que ellos se帽alan que existe un 70% de V.G. de Malvinas desocupados. En Ucrania, las demandas de los 12.000 excombatientes discapacitados de la guerra de Afganist谩n y los 3,3 millones de v铆ctimas del accidente nuclear de Chernobyl (cifra estimada por el Ministerio de Sanidad) reforzaron la presi贸n sobre el gobierno. De all铆 que exista una Comisi贸n Parlamentaria para los Discapacitados, presidida por un veterano de guerra confinado a una silla de ruedas, adem谩s de un Programa Nacional de Rehabilitaci贸n que cuenta con ayuda de fondos internacionales provenientes de la Organizaci贸n Mundial del trabajo (OIT). Han nacido iniciativas destinadas a la capacitaci贸n y recalificaci贸n laboral de veteranos en 谩reas como: la inform谩tica, las telecomunicaciones, la publicidad, la contabilidad, los recursos humanos y el comercio minorista. Algo similar sucede en Bosnia, donde una de las consecuencias m谩s graves de la guerra librada con Herzegovina de 1992 a 1995 es el elevado numero de discapacitados que asciende a unas 100.000 personas. En este pa铆s existe un proyecto de Creaci贸n de empleo para los discapacitados por la guerra, dotado de apoyo financiero del gobierno alem谩n para el centro medico de rehabilitaci贸n para el centro de formaci贸n profesional. En ambos casos se observa, que si bien los fondos propios son escasos, existen fondos internacionales destinados a la rehabilitaci贸n y re-calificaci贸n laboral que pueden conseguirse, si existe “voluntad pol铆tica” tendiente a lograrlo. Habr铆a que analizar si la combinaci贸n entre discapacidad, discriminaci贸n social y laboral y stress postraum谩tico conduce a los intentos de suicidio y/o las adicciones. Lamentablemente faltan estudios que indiquen esta asociaci贸n. 5. Las secuelas en salud y su impacto en la familia: Otro aspecto que las familias ocultan y la sociedad desconoce es el da帽o sufrido por los padres de los veteranos. Rub茅n, presidente del Centro de Excombatiente de Rosario dijo: “Mi padre es uno de ellos, pues en silencio lloraba por no saber que hacer conmigo, engrosa la lista de padres que han muerto a causa del sufrimiento, dicen que mi padre muri贸 porque lloraba en el pasillo, no pod铆a mostrarle a mi madre que estaba mal y se iba al fondo a llorar. Porque nuestros padres fueron esponja, se llevaron todas nuestras broncas y lo absorbieron todo, tenemos muchos padres que fallecieron del coraz贸n fueron un 15% los que murieron en los primeros 5(cinco) a帽os”. (Rub茅n, 2006) Otro caso es el de una madre, Lusminda del Carmen que dice: “Ni remotamente se me hubiera ocurrido que mi hijo iba a ser uno de los soldados que con 18 y 20 a帽os hab铆an tomado Malvinas. Los d铆as que siguieron fueron un silencio absoluto hasta el 14 de abril, que recibimos un telegrama escrito por Juan Carlos. Nos dec铆a que estaba bien y que solo quer铆a cigarrillos porque el dinero no le servia. Fue terrible recibir la noticia que tu hijo que esta haciendo el servicio militar obligatorio, injustamente fuera obligado a participar en una guerra. Desde ese momento no tuve mas noticias de mi hijo hasta el 15 de mayo en que recibo una carta. El recuerdo es espantoso, nose como decirlo, es una experiencia traum谩tica sufrida por mi familia y mis amigos. Aunque tambi茅n recuerdo y valoro la solidaridad de todos los que se comunicaban con nosotras... El sufrimiento de una madre no se puede describir, es terrible... Solo recuerdo el coraz贸n comprimido y estar todo el d铆a prendida a la radio para escuchar cualquier novedad, sobre todo cuando no ten茅s ninguna forma directa de saberlo, un tel茅fono u otro medio, para saber como esta, si esta vivo todav铆a” (L. Del Carmen, 2006) Padres y madres fueron afectadas por este sufrimiento. Esto tambi茅n se verifica en el mencionado relevamiento de PAMI que se帽ala un 35,2% de padres fallecidos y un 16,6% de Madres fallecidas. Tambi茅n merece atenci贸n especial la situaci贸n de las esposas de veteranos, que han absorbido el impacto de la guerra en carne propia, al tener que convivir con veteranos afectados por el estr茅s postraum谩tico u otra secuela psico-f铆sica. Esto es reiterado por el dirigente de Rosario, Ruben Rada en cuanta oportunidad tiene para expresarlo. Tambi茅n recientemente fue un tema difundido en los medios de prensa, a partir de los resultados de un relevamiento de 200 casos de un universo de 1800 veteranos que acuden a la Unidad de Gesti贸n Local (UGL) 10 de PAMI, ubicada en Lan煤s, para recibir asistencia a trav茅s del Programa Nacional de Atenci贸n al Veterano de Guerra. A cada encuesta a un ex combatiente se agreg贸 una entrevista a su esposa o compa帽era. Los autores del estudio son la psic贸loga Margarita Morini, la doctora especializada en psiquiatr铆a forense Araceli Iglesias y el doctor Guillermo Cuneo afirman que de la misma surgen datos como que: - El 53,3 por ciento de las consultadas tiene temor a las reacciones violentas de su marido. - El 60 por ciento se siente lastimada emocionalmente por las conductas de su pareja. - El 51,6 sinti贸 durante el 煤ltimo a帽o distintos s铆ntomas de ansiedad. - El 66,5 afirma que se sinti贸 deprimida durante el 煤ltimo a帽o. De esas cifras emerge una realidad que los ex combatientes niegan en las palabras. “La agresi贸n f铆sica en los hogares suele ser moneda corriente. Ellos la niegan. Algunas esposas refieren que la agresi贸n verbal es tan desmedida que preferir铆an la f铆sica, aunque el veterano asegura que no existe.(Mart铆nez Ruhl, E., 2007) Pero hoy la familia continua estando afectada, ya que la falta de pol铆ticas de salud para los V.G. durante estos 25 a帽os tambi茅n ha generado la aparici贸n de nuevos problemas de salud en los hijos de ellos. Por ejemplo, en Rosario ha aparecido un caso de intento de suicidio de la hija de un veterano. Rub茅n Rada se帽ala: “A fin de noviembre ocurri贸 en Rosario algo que por ah铆 no pens谩bamos nunca que iba a ocurrir, el d铆a domingo a la noche, la hija de un excombatiente de Malvinas que hace 7 a帽os se arrojo del Monumento Nacional a la Bandera, tomaba un frasco de psicof谩rmacos y terminaba internada en una cl铆nica con una carta que yo la le铆 y me dio mucha angustia “papa, te extra帽o, te quiero ver, me voy con vos”. El compa帽ero se llama Paz, subi贸, estuvo una hora y media para limar la reja y se tir贸. A comienzo de esta semana, la hija de Paz tambi茅n se quer铆a suicidar. Entonces esta fue la luz amarilla que nosotros le dijimos al poder” (Rada, 2006) Al finalizar el a帽o 2006 en Rosario tambi茅n hubo un intento de suicidio de un V.G. luego de escenas de violencia familiar que involucraron a un menor, al tiempo que contin煤an casos de adicciones y embarazo adolescente. De modo que ahora los que sufren dicha falta de pol铆ticas durante 25 a帽os, son los hijos que tienen entre 15 y 20 a帽os de edad. Una madre de Trelew escribe: mi esposo muri贸 en un accidente de tr谩nsito, aunque supongo que tuvo que ver con sus fantasmas...desde ese momento mi hijo var贸n tiene problemas con la droga. Esto paso en el a帽o 2000 y yo nose como hacer para que el chico deje la droga...La atenci贸n en los centros privados es muy cara, pero PAMI no me cubre este caso (Mirta, 2006). Esto tambi茅n ha sido verificado en el estudio reciente de Lan煤s, donde los efectos y las patolog铆as de los hijos de ex combatientes tambi茅n fueron investigados, observ谩ndose que dos de cada cinco de estos ni帽os presentan dificultades de conducta, problemas de aprendizaje o s铆ntomas compatibles con S铆ndrome Post Traum谩tico (SPT). El problema es de tal magnitud que padres, hermanos, esposas e hijos aun hoy carecen de herramientas y elementos que le permitan comprender y comunicarse con los V.G. porque no han recibido tratamiento psicol贸gico ni asesoramiento al respecto. 6. Los derechos conseguidos gracias a las luchas de los mismos veteranos Los derechos obtenidos por los V.G. de Malvinas han sido fruto de su lucha, reclamo y trabajo con la comunidad, pero nunca han sido otorgados por la sola decisi贸n de alg煤n pol铆tico de turno Esto ha sucedido en todos los niveles (nacional, provincial y municipal) y bajo todos los gobiernos de turno (justicialistas, radicales y socialistas) y en todas las 谩reas: pensiones, salud, trabajo, vivienda, propiedad de la tierra, etc. Cuando los primeros contingentes de cuadros y conscriptos comenzaron a regresar al continente, fueron las Fuerzas Armadas (como parte del Estado) las que debieron implementar las primeras pol铆ticas hacia este nuevo sector social, constituido por una guerra en nombre de la soberan铆a nacional. Una de sus muestras fue la Casa de Veterano de Guerra, creada en Capital Federal por el Estado Mayor Conjunto, dirigida por un alto mando de cada fuerza en coordinaci贸n con la Liga de Amas de Casa. Su prop贸sito era a la vez pr谩ctico y simb贸lico: “Para el contralmirante Carlos Busser, uno de sus directores y jefe del operativo de desembarco en Puerto Argentino el 2 de abril de 1982, ‘la Casa del Veterano se cre贸 para dar soporte a los veteranos, para ayudarlos en su reinserci贸n en la sociedad’ (...) la Casa estaba destinada fundamentalmente a los soldados, ya que la estructura castrense aseguraba la reinserci贸n natural de suboficiales y oficiales. La Casa actuaba como bolsa de trabajo, hospedaje de ex soldados del interior que se atend铆an o hac铆an tr谩mites en Buenos Aires” . Desde este fin – pr谩ctico – se apuntaba a otro m谩s simb贸lico, ya que la Casa del Veterano de Guerra se erigi贸 como un espacio oficial donde los que volv铆an de Malvinas pod铆an reelaborar la causa desde el continente, encontrarse con sus compa帽eros de armas y desahogarse frente a una sociedad que en su gran parte no los reconoc铆a: “Los a帽os post-Malvinas fueron dur铆simos porque fue muy grande la herida. Los medios nos trataron muy mal, nos recibieron con la carga de un mensaje pol铆tico que no era para nosotros ni mucho menos par los soldados (...) Y era muy duro. Nosotros [habla de los oficiales] al menos est谩bamos contenidos por la instituci贸n (...) pero el soldado que ha salido del marco de contenci贸n de la fuerza, necesita una sociedad que lo contenga” . Los centros tomaron, por la iniciativa misma de los ex combatientes y veteranos que los formaban, la tarea de contenci贸n y a la vez de inserci贸n, puesto que – adem谩s de crear un n煤cleo de descompresi贸n y camarader铆a para quienes vivieron la experiencia – muchos de ellos funcionaron como bolsas de trabajo en diversas tareas de servicios hacia la comunidad y lograron salir de la esfera del Estado, cuyas pol铆ticas apuntaban al silenciamiento primero y a la desatenci贸n despu茅s. Uno de estos felices ejemplos fue el n煤cleo de Veteranos de la ciudad de Campana: “Desde hace unos a帽os viene realizando un Plan Social de Viviendas, que no solo solucion贸 el problema de vivienda de los veteranos, sino que tambi茅n el de otras 500 familias, convirti茅ndose en el programa de obra p煤blica m谩s grande de la ciudad” . Otro ejemplo es el de Rosario, que fue el primero en conseguir una pensi贸n provincial para los V.G. que luego fue replicada por otras entidades y que: “Todo sali贸 de una gran lucha que nosotros venimos planteando desde el mismo 82. Nosotros fuimos arrancando al poder pol铆tico todos los beneficios que hoy tiene el combatiente de Malvinas. Y por ah铆 indudablemente que en algunas cosas ya lleg贸 tarde, porque si no tendr铆amos 390 suicidios. Es por eso que estas organizaciones fueron siendo cada vez m谩s protagonistas porque eran la 煤nica barrera de contenci贸n que ten铆an los ex combatientes. Ac谩 es donde se les escucha el problema, ac谩 es donde se le acude al problema, desde ac谩 sabemos de la situaci贸n de cada uno.” (Jael B谩ez para Bolet铆n Enredando, 2006). Por eso en Rosario solo hubo 1(un) suicidio de un compa帽ero que se arroj贸 del monumento a la Bandera, indica Jael B谩ez. A lo que agrega: Chaco, Corrientes y Buenos Aires son las que han sufrido m谩s casos de suicidios. En los casos en los que la reinserci贸n desde un 谩mbito laboral no era posible en lo inmediato, la figura de “pensiones de guerra” se convirti贸 en una demanda tanto del sector civil que hab铆a servido en la batalla como del castrense. En el primer caso, pasado el tiempo cercano a la guerra se comenzaron a dar los primeros intentos de organizaci贸n de grupos de presi贸n para demandar al Estado una contemplaci贸n econ贸mica en forma de pensiones. Desde las distintas asociaciones de ex combatientes se elevaron las voces que ped铆an atenci贸n m茅dica y un sustento que les permitiera la reinserci贸n al seno de la sociedad. Los reclamos se materializaron desde entonces bajo distintas formas. Solo para retrotraerse a los 煤ltimos tres a帽os pueden mencionarse la carpa blanca en Plaza de Mayo , la irrupci贸n en la Casa Rosada , distintas marchas , y la toma del PAMI . Estas distintas presiones lograron ciertos avances en una mayor asignaci贸n de pensiones y el aumento de su monto – que comportan un escal贸n m谩s en el reconocimiento material y simb贸lico del sacrifico realizado. Sin embargo las luchas en cada provincia contin煤an y son diferentes, pues dependen del grado de organizaci贸n de los V.G., de su concepci贸n pol铆tica, de su conformaci贸n social.(V谩zquez y Silva, 2006) Estas compensaciones monetarias tienen ventajas y desventajas. Lo positivo de las pensiones es que son una soluci贸n en muchos casos, en realidad suplen el otro grave problema social: la discriminaci贸n en los empleos. Las dificultades que “a la vuelta” enfrentaron en este plano (y de manera inmediata) aquellos que no segu铆an la carrera militar ten铆a una doble cara: la situaci贸n del pa铆s en la d茅cada del 80 y su propia condici贸n de ex combatientes. Ni bien comienza la democracia, surge una ley que obliga a los empresarios a contratar a V.G., pero los mismos incumplen dicha normativa. Un ejemplo es el del rosarino Daniel: “trabajaba en un supermercado mayorista muy conocido en la ciudad y el pa铆s, sin que mis patrones supieran que hab铆a estado en Malvinas. Cuando otros V.G. fueron a dicho comercio a buscarme para que recibiera un beneficio de PAMI –e l bols贸n de mercader铆a – los patrones se enteran y a los dos d铆as me despiden”. Sin embargo, la discriminaci贸n social y laboral continua. Muchos de ellos aun hoy ocultan su identidad. Negar la participaci贸n en la guerra de Malvinas para obtener y/o conservar el empleo no solo es patrimonio de excombatientes con poca escolaridad, sino que tambi茅n alcanza a profesionales universitarios. Durante el a帽o 2006, en una escuela secundaria de Villa Gobernador G谩lvez (El Gran Rosario) durante la entrega de diplomas de fin de a帽o una alumna le confiesa al profesor responsable de taller de integraci贸n audiovisual: “Mi papa es medico y estuvo en la guerra de Malvinas, pero siempre nos dijo que no tenemos que dec铆rselo a nadie.”(Bel茅n, 2006) Se conocen programas espec铆ficos que se hicieron a nivel local (municipios, intendencias) para dar cuenta de cierta reinserci贸n laboral, pero el caso de los conscriptos tambi茅n supon铆a el regreso de 茅stos a sus hogares en el interior del pa铆s, donde la profusi贸n de empleos (ya en un marco laboral y econ贸mico delicado) era escasa en relaci贸n a las oportunidades que ofrec铆a la capital. No obstante, en este 煤ltimo caso con m谩s notoriedad, se erigieron (agreg谩ndose a las ya existente u “oficiales”) muchas “madrinas” que se encargaron de facilitarles tr谩mites, inserci贸n laboral y cierta contenci贸n a los “chicos de Malvinas” que volv铆an a sus “pagos” (Guber, 2005) En otros caso, se ha compensado con el trabajo ad honorem realizado por los V.G. de Malvinas. Han ayudado a las v铆ctimas de las inundaciones de Chaco, Corrientes, Entre R铆os y Santa Fe, Han ayudado a extinguir incendios en el Amazonas (Estado de Roraima en Brasil) y participado en la reconstrucci贸n de dos represas (Campo Gallo en Santiago del Estero). Hay ayudado a la reforestaci贸n patag贸nica y en las campa帽as contra el c贸lera, la enfermedad de chagas y los pacientes de HIV. En Corrientes y Chubut han servido en los comedores geri谩tricos de pacientes bajo situaciones de extrema pobreza (Gerding, 2002). En Rosario la situaci贸n es similar como indica Jael B谩ez: “En Rosario tenemos un gran 铆ndice de desocupaci贸n pero siempre estamos remediando, a ver en qu茅 los podemos ocupar. Inclusive ac谩 se mont贸 un gran trabajo social y eso sirvi贸 much铆simo, es un trabajo de voluntarios. Y ah铆 nos dimos cuenta la gran necesidad que es estar ocupado. Y nos dimos cuenta que al tenerlos ocupados, sirvi贸 para que no est茅n pensando continuamente. Como dice un refr谩n "mente de desocupado, taller del diablo". (Enredando, 2006). Los V.G. de la ciudad de Rosario han ayudado en las inundaciones de 1986, 2003, 2007 y en el granizo de noviembre de 2006. Asimismo se caracterizan por trabajar con la poblaci贸n en extrema pobreza que vive en las calles: ancianos y ni帽os. Durante el invierno ellos recorren las calles los d铆as de temperaturas baj铆simas, con motivo de distribuir comida o leche caliente entre dicha poblaci贸n. Su accionar le ha otorgado un reconocimiento social importante, al tiempo que con su discurso critico ponen en evidencia la ineptitud del Estado para dar respuesta a dichas problem谩ticas sociales. Por el contrario, lo negativo de la compensaci贸n monetaria o pensiones, es que “la bonanza econ贸mica volc贸 a muchos hacia el juego”. “Los camaradas se est谩n jugando todo en los bingos, cobran y se van al bingo del barrio a darle a las maquinitas. Esto es una pena muy grande, y ahora estamos trabajando con ese s铆ntoma del stress postraum谩tico dice un V.G. de Bs. As.” (Clar铆n, 2007) Palabras similares se escucharon en Posadas (Misiones) de parte de dirigentes del centro de excombatientes y en V.G. de Rosario que trabajan en dicha entidad, temerosos del destino de los recursos del prometido “resarcimiento econ贸mico”. 7. Las pol铆ticas de salud ¿son suficientes? Toda pol铆tica estatal es una toma de posici贸n del estado frente a una determinada “cuesti贸n socialmente problematizada”, que es aquella que por su importancia ha sido incluida en la agenda de problemas sociales que requieren una necesaria toma de posici贸n de m煤ltiples actores sociales”. (Oszlak y O´Donnell, 1993). La pol铆tica de salud destinada a los V.G. sufri贸 los mismos vaivenes que el resto de las cuestiones (trabajo, educaci贸n, pensi贸n, etc.). De modo que los primeros pasos se producen muchos despu茅s de los 10 a帽os de la guerra. A continuaci贸n se observa en el cuadro: Cuadro N潞 9: Pol铆ticas de salud implementadas en diferentes lugares de Argentina. A帽o Pol. Nacional Pol. Provincial Pol. Municipal 1994 Programa de Salud Nacional dependiente del Ministerio del Interior 1995 Prog. Malvinas de la Direcci贸n de Salud Mental de la Provincia de Buenos Aires 2001 Subgerencia de Veterano de Guerra del INSSJP (PAMI). 2005 - Programa Nacional de Atenci贸n al Veterano de Guerra y su Familia (PAMI) Res. 191/05/DE. - 脕rea para Atenci贸n al Veterano de Guerra, desarrollan su labor V.G. incorporados al Instituto (PAMI) Res. 622/05 2006 Comienza relevamiento en PAMI: historias cl铆nicas, datos socio-ambientales y de salud mental del V.G. - Obra social de la Provincia de Sta. Fe (IAPOS) otorga medicamentos psiqui谩tricos gratuitos a los V.G. y los incorpora como afiliados (a quienes no tengan cobertura) Prog. De Salud Integral para Excombatientes de Malvinas y su grupo familiar, Ciudad Aut贸noma de Bs. As. Del cuadro anterior se desprenden algunas cuestiones importantes. En primer lugar, en el 谩mbito nacional se ha tardado 12 (doce) a帽os en comenzar a dise帽ar un programa de salud para V.G. El de 1994 solo logra cubrir unos 2.000 V.G. y luego desaparece este programa dependiente del Ministro del Interior. En Segundo lugar, la 煤nica provincia que dise帽a un programa de salud es la de Buenos Aires, pero reci茅n lo hace en el a帽o 1996. En esto cabe reiterar nuevamente las opiniones de ellos cuando afirman: “no debi茅ndose perder de vista que se inicia a quince a帽os del evento traum谩tico, con lo que esto significa con relaci贸n a las secuelas “(Bentolila, S. y B. G贸mez, 2001). En tercer lugar, desde el sistema de salud se crea la Subgerencia del V.G. de PAMI en el a帽o 2001. Sin embargo en 茅l participan muy pocos veteranos, y la mayor铆a de las actividades se realizan en Capital. No se parte de un diagnostico de situaci贸n que posibilite definir las patolog铆as prevalentes, los grupos de riesgo, las familias criticas, etc. Sino que se los incorpora como un afiliado m谩s. Uno de los profesionales m茅dicos responsables, Gerding, se帽ala que para conocer la prevalencia de las bajas psiqui谩tricas se necesita un estudio epidemiol贸gico, pero conspiran los datos inexactos y la renuencia por parte del excombatiente. En ese sentido cabe destacar que la actual direcci贸n da un giro interesante en este sentido, a partir del liderazgo de la Dra. Gabriela Acevedo, quien indica: “Desde all铆 se detecta que esta poblaci贸n de veteranos de guerra y su familia tienen caracter铆sticas propias, con patolog铆as predominantes como las psiqui谩tricas junto con las adicciones, las gastrointestinales, traumatol贸gicas y vasculares. Por esta raz贸n y en virtud de las caracter铆sticas de distribuci贸n poblacional, junto a par谩metros como la edad, la constituci贸n familiar, el nivel sociocultural es que se formula y se elabora la Resoluci贸n 191/05/DE”(Enredando, 30 de marzo de 2007) Se observa que todav铆a dicho relevamiento epidemiol贸gico y socio-ambiental de los V. G. todav铆a no esta previsto para la provincia de Santa Fe, pues solo se implemento para Chaco y Corrientes. En ese sentido cabe destacar las declaraciones de la esposa de un V.G de Tucum谩n que declara: Hola! Soy esposa de un sobreviviente del crucero ARA General Belgrano, mi esposo padece estr茅s post-traum谩tico de guerra, 茅l es una persona muy retra铆da, tambi茅n tiene pesadillas, y es verdad eso de que tiene una gran tristeza en el alma. Yo me pregunto ¿porque los gobiernos argentinos nunca hicieron nada por ellos? Hasta cuando vamos a permitir que estos h茅roes sigan sufriendo? ¿No les parece que ya padecieron lo suficiente en la guerra? Nunca tuvieron contenci贸n psicol贸gica, en Tucum谩n la asistencia medica para los excombatientes y sus familias es deplorables y son muy pocos los m茅dicos que tenemos, como todos los veteranos tenemos la obra social de PAMI. Tenemos un solo ur贸logo para dar un ejemplo, y as铆 con cada profesional destinado a atendernos. Psic贸logo o psiquiatras no tenemos (Nancy, 2007). Por ultimo, si se analiza las pol铆ticas de la provincia de Santa Fe y el Municipio de Rosario, se constata la ausencia de un abordaje en salud, as铆 como en otras pol铆ticas sociales dedicadas al V.G. y sus familias (educaci贸n , trabajo, cultura, educaci贸n f铆sica). Esto es una constante en muchos sitios de la Argentina, lo cual lleva que los mismos centros se ocupen del tema y busquen la forma de obtener respuesta. En ese mismo sentido cabe destacar las declaraciones de los V.G. de Mar del Pala: “Las primeras dificultades que hallamos en nuestra Zona, fueron la poca o nula disposici贸n de profesionales en la Regi贸n que se dispusieran a trabajar y la falta de recursos p煤blicos dispuestos para salvar este impedimento. “ Estas opiniones se encuentran en la pagina web del Centro de Ex Combatientes en Malvinas de Mar del Plata, que crea una Subcomisi贸n de Salud y recibe el apoyo de profesionales ad honorem . Luego de analizar diferentes aspectos del “derecho a la salud de los V.g. de Malvinas”, cabe realizar algunas reflexiones finales con motivo de identificar los desaf铆os que emergen de los mismos. 8. Algunas reflexiones sobre el derecho a la salud de los V.G. y sus familias En el 25 Aniversario quiero testimoniar un agradecimiento especial a nuestras queridas familias, que con el m铆nimo apoyo oficial, trataron y tratan d铆a a d铆a de insertarnos en la comunidad, ante las evidentes secuelas de la guerra . (Norberto, 2007) Cabe concluir, al igual que el V.G. Norberto que las secuelas de la guerra son evidentes, como lo se帽alan los escritos de un organismo internacional reconocido: la Organizaci贸n Mundial de la Salud. No obstante, la situaci贸n no es igual para todos porque los V.G. padecen diferentes problemas, debido a que la secuela de un evento traum谩tico como la guerra varia seg煤n sean sus antecedentes, su historia cl铆nica previa, la estructura ps铆quica del sujeto, la historia de vida previa familiar y social, los elementos subjetivos y objetivos con que contara para su elaboraci贸n (los recursos con que cuente (en el 谩mbito familiar, econ贸mico, las estrategias de vida propias de un grupo social o clase social) de un tiempo y lugar determinado. En la guerra y en la posguerra algunos han sufrido trastornos digestivos, dorsolumbares, cardiovasculares y traumatol贸gicos y otros han quedado con discapacidad auditiva o motora. Por otro lado, existe otro grupo de V.G. que sufren trastornos del sue帽o, trastornos de la memoria y del pensamiento, trastornos de ansiedad, dificultades para controlar los impulsos, depresi贸n, stress postraum谩tico, personalidad sicop谩tica, esquizofrenia, la psicosis, neurosis, epilepsia. Por otro lado, hay ex combatientes que se han volcado a la adicci贸n al juego y a diferente tipo de consumo abusivo de substancias: tabaco, alcohol, psicof谩rmacos. Mientras tanto, otros participan en diversas situaciones de violencia (social y familiar) y existen 450 que se han suicidado como “煤nica salida” a tanto sufrimiento, incomprensi贸n social y discriminaci贸n socio-laboral. Por ultimo, en algunos casos se encuentran afectados sus hijos, apelando al consumo abusivo de substancias o intentando quitarse la vida. De modo que el perfil de salud-enfermedad que poseen los V.G. Malvinas (y su familia) es el resultado de un proceso pol铆tico-militar que a los escasos 18 a帽os los lleva a una guerra, pero tambi茅n se construye como resultado de las pol铆ticas de trabajo, vivienda, educaci贸n y salud de los sucesivos gobiernos democr谩ticos y de los procesos sociales y el accionar de la sociedad civil. Cabe resaltar nuevamente que salud no es igual a “Medicina”, salud no es igual a “Atenci贸n M茅dica”, salud no es igual a “acceder a medicamentos”. La salud est谩 determinada principalmente por las condiciones sociales de los sujetos. Es decir, su participaci贸n en los medios de producci贸n, sus recursos simb贸licos y materiales, sus relaciones familiares y sociales, su historia y costumbres. Las consideraciones precedentes son el punto de partida del desaf铆o que enfrenta el sector de los V.G. de Malvinas. Es preciso examinar las pol铆ticas de asistencia, prevenci贸n, promoci贸n y rehabilitaci贸n del sistema de salud publico, privado y de las obras sociales, a fin de buscar la forma mas apropiada para definir programas m茅dicos, psicol贸gicos y psiqui谩tricos que den respuesta a las caracter铆sticas especificas de este grupo y su familia. En lo que hace al papel indelegable del Estado, es conveniente reflexionar en torno a una articulaci贸n interministerial que de respuesta a los problemas de inserci贸n laboral (mediante programas de calificaci贸n profesional y/o micro emprendimientos productivos), cultural y educativa (aportando a la sensibilizaci贸n social y la formaci贸n), de investigaci贸n cient铆fica (disponiendo de fondos destinados a indagar los diferentes aspectos del derecho a la salud de los V.G. antes mencionados). Es preciso implementar diferentes instancias y mecanismos de informaci贸n, formaci贸n y capacitaci贸n de los profesionales m茅dicos y psic贸logos en la atenci贸n adecuada de pacientes que han sufrido una cat谩strofe o un trauma como el de la guerra. Es imperioso examinar el papel de los profesionales de la salud publica en el dise帽o de diferentes alternativas y programas de salud destinadas a los V.G. y sus familias, siendo que son estos 煤ltimos han sido los primeros en socorrer a la poblaci贸n de pacientes de efectores p煤blicos en los a帽os 1986, 2003, 2006 y 2007 para evitar mayores da帽os en salud resultado de las inundaciones y granizos en Rosario y Santa Fe. En lo que hace a la sociedad civil, los primeros involucrados son los universitarios quienes est谩n capacitados para la docencia-investigaci贸n-extensi贸n al medio, lo cual los convierte en formadores de opini贸n y/o generadores del esp铆ritu critico y agentes multiplicadores. De modo que tienen el desaf铆o de generar investigaciones sobre salud en los V.G. , estudiar las secuelas en salud psico-f铆sica-social de la guerra, con motivo de aportar al debate acad茅mico y/o a la toma de decisiones en espacios p煤blicos y privados. En lo que respecta a la sociedad en general, le corresponde tomar partido por el tema de las Malvinas, analizando que cada acto de discriminaci贸n laboral, social y familiar tiene consecuencias en la salud de esta poblaci贸n e incluso puede ser un elemento mas que suma e induce al suicidio del V.G. o sus hijos. En suma, los desaf铆os son numerosos y cabe reflexionar sobre ellos especialmente este a帽o, cuando se conmemora los 25 a帽os de la guerra de Malvinas. 9. Bibliograf铆a II JORNADA DE CAPACITACI脫N PROFESIONAL PARA EL TRATAMIENTO AL VETERANO DE GUERRA, a cargo del Dr. en Psicolog铆a Alberto Dup茅n- Especialista en Neurosis Traum谩tica Posguerra, organizado por el Centro de Ex Combatientes de Malvinas de Rosario, Rosario, 16 de mayo de 2006. ACCI脫N GLOBAL DE SALUD 2005-2006, portal www.ghwatch.org, Consultado: 23-01-07. BENYAKAR Mondechai (2002), Salud mental y desastres: nuevos desaf铆os, Revista Neurolog铆a, Neurocirug铆a y Psiquiatr铆a, N潞 35, enero-marzo: 3-25 BORINI, M., GONZALEZ TREJO, C., SOLANO, M. & MADRID, M.E., (1999) (Manuscrito no publicado). La salud antes y despu茅s de la guerra. Buenos Aires: Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (INSSJP) Divisi贸n Veteranos de Guerra. CONDEZA, Edgardo (2005), Desarme y mundo: El mundo de ma帽ana, Other News, Reproducido en la web site: http://www.newsmatic.e- pol.com.ar/index.php?pub_id=99&sid=604&aid=3506&eid=2&NombreSeccion=Portada&Accion=VerArticulo CITADINI, Fernando y Graciela Speranza (2005): Partes de guerra. Malvinas 1982, Buenos Aires, editorial Edhasa. Centros para el Control y la Prevenci贸n de Enfermedades (CDC), EUA . Sitios web: Datos sobre el som谩n http://www.bt.cdc.gov/agent/soman/espanol/facts.asp Datos sobre el VX Http://www.bt.cdc.gov/agent/vx/espanol/facts.asp Datos sobre el sar铆n, http://www.bt.cdc.gov/agent/sarin/espanol/facts.asp Datos sobre cianuro http://www.bt.cdc.gov/agent/cyanide/basics/espanol/facts.asp Datos sobre agentes vesicantes http://www.bt.cdc.gov/agent/vesicants/espanol/tsd.asp CEBALLOS, Enrique Mariano y Jos茅 Ra煤l BURONI (1992), La medicina en la guerra de Malvinas, Ed. por el C铆rculo Militar, Buenos Aires. CLARKE, Guillermo, GHISIGLIERI Juan 脕ngel y Alicia de las Nieves SARNO, (2006), Construyendo la memoria con testimonios de excombatientes de Malvinas, Revista de Historia Bonaerense, N潞 31, pp. 94-99. Consulta Psi (2002), EL S脥NDROME DE LOS BALCANES (Actualidad-Noticias) Enviado el Viernes, 15 noviembre de 2002 a las 13:47:48 por psygnos http://estrestraumatico.consultapsi.com/modules.php?name=News&file=article&sid=36 Consulta Psi (2002a), ¿Qu茅 es el s铆ndrome de la Guerra del Golfo? (Actualidad-Noticias) Enviado el Viernes, 15 noviembre de 2002 a las 13:34:02 por psygnos http://estrestraumatico.consultapsi.com/modules.php?name=News&file=article&sid=36 COMISI脫N RATTENBACH (2000): Informe Rattenbach, Buenos Aires, Ediciones Fin de Siglo. ENRIQUE, L. (2004), Neuroticismo, extraversi贸n y estilo atribucional en veteranos de guerra: una aproximaci贸n desde el estr茅s postraum谩tico, Interdisciplinaria v.21 n.2 Buenos Aires jul./dic. ENREDANDO (2006), Fuimos arrancando al poder pol铆tico todos los beneficios que hoy tiene el combatiente: entrevista al Centro de Excombatientes de Malvinas de Rosario, Rosario, Santa Fe. Bolet铆n Enredando. Disponible en www.enredando.org.ar FORO SOCIAL MUNDIAL (2005), Llamamiento de los movimientos sociales a la movilizaci贸n contra la guerra, el neoliberalismo, la explotaci贸n y exclusi贸n por otro mundo posible, Porto Alegre, Brasil, web site: http://www.forumsocialmundial.org.br/ GERDIN, Eduardo (2002), El conflicto del Atl谩ntico Sur de 1982: sus secuelas, Traducci贸n del Inst. Review of the Armed Forces Medical Services – Vol. 75/2-2002- p.84-94. Belgium. GUBER, Rosana (2001): ¿Por qu茅 Malvinas? De la causa nacional a la guerra absurda, Buenos Aires, Fondo de Cultura Econ贸mica. GUBER, Rosana (2005): De chicos a veteranos. Memorias argentinas de la guerra de Malvinas, Buenos Aires, IDES/Antropofagia. KLATZKER, Izzi (2006), Nuevos cuerpos en tiempo de guerra, FUENTE: www.defensahumanidad.cult.cu/artic.php?item=1243 Traducido por Melina Alfaro. LOPEZ, 脕ngeles (2006), ENFERMEDADES EN VETERANOS: el impacto de la Guerra de Secesi贸n Americana. Publicada en el Diario El Mundo, Espa帽a. Web site: http://elmundosalud.elmundo.es/elmundosalud/2006/02/15/neurociencia/1140027260.html. LOPEZ ORTIZ,M.A. (1986), Experiences with psychiatric patients in the Malvinas Islands Conflict. XXVI Congress of Military Medicin and Pharmacy, Marrakech, Morocco. MANZO GUERRERO, Guadalupe I. (2005), El suicidio desde una perspectiva socioecon贸mica cultural, Cuicuilco, Revista de la Escuela Nacional de Antropolog铆a e Historia, Nueva 脡poca, Vol. 12, N煤m. 33, enero-abril. Pp.153-172. MALDONADO CAMPOS, Adolfo (2006), Am茅rica se escribe con sangre, Segunda Asamblea Mundial de la Salud de los Pueblos, Cuenca, Ecuador, del 17 al 22 de julio de 2005 MARINCIONI, E, REDONDO, H, GENOVART, R, BUSTO, E Y SAGARDIA, J (1990), Supervivencia. El caso del ARA General Belgrano, Bolet铆n del Centro Naval 107 (suplem 758-E-9): 23. MART脥NEZ RUHL, Eugenio (2007), Las heridas que nunca cicatrizaron, publicado el 2 de abril en el Diario Pagina 12, web site: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-82686-2007-04-02.html OIT (2001), “La rehabilitaci贸n de una naci贸n: despu茅s de Chernobyl y otros desastres, Ucrania emprende el camino de la recuperaci贸n”; y “la Creaci贸n de empleo para los discapacitados por la guerra en Bosnia”, TRABAJO, N煤m. 38,Organizaci贸n Internacional del Trabajo, enero / febrero. Programa Malvinas de la Direcci贸n de Salud Mental de la Provincia de Buenos Aires, Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, A帽o 1995. RADA, Rub茅n(2006), La salud de los excombatientes de Malvinas a 24 a帽os de la guerra, Desgrabaci贸n de la conferencia dictada en el “VIII Ciclo Anual de Ateneo Patolog铆a Comparada” Coordinado por el Dr. Julio R. Piva y el Lic. Carlos Virasoro, MUSEO PROVINCIAL DE CIENCIAS NATURALES “F. AMEGHINO”, ciudad de Santa Fe, 1 de diciembre. RATH, Matthias (2003), EN NOMBRE DE TODOS LOS PUEBLOS DEL MUNDO, Holanda, web site: http://www4.dr-rath-foundation.org/The_Hague/complaint/spanish RUIZ L脫PEZ, Alejandra (2001), Estr茅s postraum谩tico enmascarado, Mimeo, Buenos Aires. SHENON, Philip (1997), De la Investigaci贸n Del S铆ndrome De la Guerra Del Golfo Del Pent谩gono, Los Tiempos De Nueva York , WASHINGTON. SEITZ (2002), Veteranos de la derrota, BBC de Londres, web site: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/newsid_1854000/1854258.stm SIERRA, Gustavo (2007), Malvinas: vidas cruzadas, vidas paralelas, Suplemento Especial, Diario Clar铆n, Buenos Aires, domingo 8 de abril. SILVA, Mar铆a Alejandra (2006a), Vivir la Guerra de Malvinas desde “adentro”: una historia familiar, en la Secci贸n Derechos Humanos, Bolet铆n Virtual Enredando, Rosario, Santa Fe. Disponible en www.enredando.org.ar SILVA, Mar铆a Alejandra (2006b), Humanizando el 10 de junio: los derechos de los excombatientes de Malvinas, en la Secci贸n Derechos Humanos, Bolet铆n Virtual Enredando, Rosario, Santa Fe. Disponible en www.enredando.org.ar SILVA, Mar铆a Alejandra (2006c), Los excombatientes de Malvinas: derechos reclamados, derechos ganados y derechos adeudados, en la Secci贸n Derechos Humanos, Bolet铆n Virtual Enredando, Rosario, Santa Fe. web site: http://www.enredando.org.ar/noticias_desarrollo.shtml?x=30392 SILVA, Mar铆a Alejandra (2006d), Salud de los Veteranos de Guerra de Malvinas: miradas, sentires y propuestas, Presentado en el “VIII Ciclo Anual de Ateneo Patolog铆a Comparada” Coordinado por el Dr. Julio R. Piva y el Lic. Carlos Virasoro, MUSEO PROVINCIAL DE CIENCIAS NATURALES “F. AMEGHINO”, ciudad de Santa Fe, 1 de diciembre. SOSA, Cecilia (2007), La guerra invisible, Suplemento “Radar” N潞 551, A帽o 10, Diario Pagina 12, Buenos Aires, 11-03-07. pp. 4-7. VAZQUEZ, Juan Cruz y Mar铆a Alejandra SILVA (2006): “M谩s de 350”. Pol铆ticas p煤blicas y Malvinas”, I Jornadas de Ciencia Pol铆tica - Universidad del Salvador, Buenos Aires, 13 y 14 octubre.